Por Jessica Herrera y Rodrigo Córdova
El viernes 20 de agosto, durante una audiencia pública de la Comisión de Derechos Humanos, el abogado y director de la fundación “Cuide Chile”, Camilo Cammás, dijo: «Nosotros concebimos a la familia en su sentido original; es decir, padre y madre con sus hijos (…) No compartimos la visión de familia que tiene usted (Giovanna Roa, convencional D10), ya que es parte de una ideología de la nueva izquierda que busca eliminar los pilares de la sociedad occidental, que son: el cristianismo, la familia y las tradiciones».

De inmediato, la intervención generó reacciones. La convencional Roa dejó claro que es importante escuchar a todas las voces de la sociedad, pero hizo énfasis en la importancia de un Estado laico y expresó: «Las familias van mutando (…) Hoy día hay muchos tipos. Yo particularmente no estoy de acuerdo con que la palabra familia quede en la Constitución, justamente por la carga simbólica que un grupo hegemónico ha querido instalar».
En la actual Constitución, el concepto de familia no está definido, aunque existen organismos estatales que intentan precisarlo. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la familia se define por «relaciones sanguíneas, matrimonio, adopción o tutela y lazos afectivos». La Corporación MILES, dedicada a promover el libre ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, publicó en 2017 un documento en el se lee: “En la actualidad, las definiciones de familia son muchos más flexibles y apuntan a aspectos que trascienden lo meramente biológico, sanguíneo y ponen énfasis en los proyectos de vida que las personas deciden para sí mismas”.
Con la finalidad de realizar políticas públicas y estadísticas, el Censo tampoco compromete una definición restringida, pero parte desde la configuración del matrimonio. Según el Censo del 2017, la familia “se define fundamentalmente como padre y madre, con los hijos solteros que están a su cargo, identificándose luego las variables restringidas o ampliadas”.
«Yo particularmente no estoy de acuerdo con que la palabra familia quede en la Constitución, justamente por la carga simbólica que un grupo hegemónico ha querido instalar». Giovanna Roa (Frente Amplio)
Los datos que arrojó esta encuesta demuestran que las familias con padre y madre e hijos o hijas son las realidades menos comunes en el país. El hogar biparental con hijos o hijas corresponde solamente al 28,7% de la población, mientras que los hogares monoparentales o sin núcleo matrimonial llega al 40%. Es en ese 40% donde, según MILES, se encuentra una multiplicidad de tipos de familias.
¿Qué tipos? Pueden ser reconstituidas, reagrupadas, de personas del mismo sexo, de mujeres solteras o padres solteros que viven (o no) con sus hijos, de abuelas que crían a sus nietos, de hombres que arriendan vientres de mujeres desconocidas para instalar sus espermios (o los de su compañero) o de mujeres que acuden a bancos de semen para inseminarse artificialmente y ejercer la maternidad en solitario.
«Las definiciones de familia son muchos más flexibles y apuntan a aspectos que trascienden lo meramente biológico, sanguíneo y ponen énfasis en los proyectos de vida que las personas deciden para sí mismas». Corporación MILES.
Frente a la gran cantidad de variantes y posibilidades, el INE ha ampliado la concepción de “familia” a “hogar”. Según la institución, el hogar es constituido por todas las personas que: “Aportan sus recursos y capacidades para llevar a cabo las tareas de producción y consumo necesarias para su mantenimiento cotidiano”.
Desde esa definición, los hogares pueden adoptar una gran variedad de formas de organización definidos en tipologías según la ausencia o presencia de determinados integrantes: cónyuge (esposo(a) y conviviente), hijo(a) (hijastro/a), pariente (yerno/nuera, nieto(a), hermano(a), padres y suegro(a). Δ