«Me comprometo en poner todo de mi parte para construir, junto con el Congreso y la sociedad civil, un nuevo itinerario constituyente que nos entregue un texto que, recogiendo los aprendizajes del proceso, logre interpretar a una amplia mayoría ciudadana». Con estas palabras, el presidente de la República, Gabriel Boric, reconoció la contundente derrota en las urnas de la Propuesta de Constitución elaborada por la Convención: 61,87% para el rechazo y 38,13% para el apruebo. Se trata de la votación con la mayor asistencia en la historia de Chile, dado que era un proceso obligatorio: 13 millones de personas.
Parafraseando un clásico de los discursos políticos, Boric afirmó «hay que escuchar la voz del pueblo» y habló de determinar plazos y bordes para un nuevo proceso constituyente. También habló de humildad, maximalismo, intolerancia, autocrítica y de una «nueva oportunidad para encontrarnos». También de seguir buscando, porque -añadió- «el pueblo chileno no quedó satisfecho con la Propuesta de Constitución» que la CC presentó: «Esta decisión exige a nuestras instituciones y actores políticos que trabajemos con más empeño, con más diálogo, con más respeto y cariño, hasta aprobar una propuesta que nos interprete a todos, que dé confianza, que nos una como país».
Sus palabras interpretaban, en general, la postura expresada por la mayor parte de los representantes de los partidos de la derecha, de las organizaciones ciudadanas por el rechazo y de las entidades de izquierda que estaban por el apruebo: el país necesita continuar el camino de buscar una nueva Constitución. Esta nueva ruta, por ahora, es incierta pero en ella fueron comprometidas, apenas fueron conocidos los resultados del plebiscito de salida, las voces de un amplio espectro.
La senadora del PDC Yasna Provoste, quien formó parte de aquellos que estaban por el apruebo en ese partido, expresó: «Las y los demócratas aceptamos los resultados siempre, nos gusten o no nos gusten. (…) Seguiremos trabajando por un proceso constituyente que una y sane al país desde la paz y el diálogo». El presidente de la UDI Javier Macaya indicó que el triunfo del rechazo es «el triunfo de los trabajadores chilenos y del sentido común de los chilenos, que le dijeron no a un texto refundacional». Para Cristián Warnken, líder de la agrupación Amarillos por Chile, este resultado fue «un fracaso del radicalismo». Y Francisco Chahuán, senador de RN, afirmó que el «texto no consideró el alma de Chile» y que «Chile Vamos compromete una buena y nueva Constitución».
«No olvidemos por qué llegamos hasta aquí. Ese malestar sigue latente y no podemos ignorarlo», afirmó Boric, quien añadió que su primera reunión post votación, mañana a las 8:30 AM, será con los presidentes de la Cámara, Raúl Soto (PPD), y del Senado, Álvaro Elizalde (PS). Su propósito, añadió, es iniciar de inmediato las conversaciones que ayuden a dar forma a la continuidad del proceso.
El Presidente afirmó además que se reunirá con representantes de todas las coaliciones que se han comprometido con el cambio constituyente. Pese a su adhesión en general, los partidos de Chile Vamos anunciaron que esperarán a los necesarios ajustes que, desde su perspectiva, debe hacer La Moneda antes de sentarse a conversar con Boric: el cambio de gabinete.

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Durante la jornada, la aplastante derrota para el apruebo pudo vislumbrarse desde el primer conteo en el territorio chileno. Cuando en Santiago eran las 17:00 y en Magallanes las 18:00 horas del domingo 4 de septiembre se abrió la primera urna magallánica, la tierra de Gabriel Boric: el primer voto leído fue para el rechazo. Los dos siguientes, también. Y el primer cómputo nacional, que fue con menos de un 1% de los votos escrutados, ya dio por ganador al rechazo. A las 20:19 horas, con 11.443.93 votos válidamente emitidos, la cifra era irremontable: 62%.
Como es tradición -una de las mejores del Chile republicano- el conteo a cargo del Servicio Electoral de Chile (Servel) fue rápido, eficiente y, en este caso, lapidario para la alternativa que proponía un cambio constitucional a partir del trabajo de la Convención Constitucional.

Desde ahí en adelante, los vítores se quedaron en el hotel Nodo de la calle Suecia, donde se concentró el grupo del comando ciudadano por el rechazo. Los mismos que el jueves organizaron un fallido cierre de campaña, ahora celebraban con razón. Cómputo tras cómputo, su situación mejoraba. Aunque se había comentado que esperarían el resultado en la sede de su comando, en la calle Valentín Letelier, a pasos de La Moneda, durante el día ese panorama cambió y las instalaciones del hotel recibieron, a diferencia del cuadro apolítico que marcó el acto de clausura, a convencionales del sector dando declaraciones. Estuvieron ahí Eduardo Cretton, Bárbara Rebolledo y Bernardo Fontaine, entre otros.
En la sede del apruebo, la primera en dar una señal para asumir los resultados fue una figura política más bien desconocida, pero que logró proyectar algo de calma en medio del desastre total. Flavia Torrealba, presidenta de la Federación Regionalista Verde Social, afirmó: «Esperamos que la derecha cumpla su compromiso en tomar lo ya avanzado en el proceso constituyente, para profundizarlo y corregirlo».
De la euforia de un cierre de campaña que el jueves reunió a medio millón de personas, se pasó a un escenario con una triste pantalla gigante que mostraba parte de la franja televisiva, mientras grupos pequeños comentaban la caída.
En la partida, la jornada había comenzado más temprano de lo normal: el cambio de hora, pospuesto por el gobierno para el fin de semana próximo, se adelantó en muchos aparatos electrónicos. ¿La consecuencia? Vocales de mesa que llegaron antes a sus puestos, votantes que esperaron más de lo normal a que se abrieran sus mesas y confusiones que no pasaron a mayores y que permitieron cerrar las mesas con total tranquilidad según lo esperado, desde las 18:00 horas y con una histórica afluencia de votantes.
Entre los hitos negativos de la jornada, dado que podría tener consecuencias, se contó un acto contrario a la ley del diputado Gonzalo de la Carrera (Partido Republicano), quien subió a Twitter una foto de su voto marcado con el rechazo. El Servel aclaró muy rápidamente la ilegalidad de la acción del parlamentario, quien esta misma semana protagonizó otra polémica por golpear a su colega Alexis Sepúlveda (Partido Radical) en el Congreso. De la Carrera borró el posteo con su foto y afirmó que pagará la multa correspondiente. Δ