Rodeado por sus compañeros de RN y bajo el sol playero de Mejillones, Cristian Monckeberg (54) se toma unos minutos para entregar su balance de la salida de la Convención a la región de Antofagasta. A diferencia de algunos personeros de Vamos por Chile -que cargaban con el sopor del viaje, el sol y el desierto- el exministro y convencional por el Distrito 10 sonreía y se mostraba conforme con el cierre de la actividad. Como integrante de la Comisión de Normas Transitorias también dice estar satisfecho con el trabajo que comenzaron a realizar ahí: «Fue bueno el funcionamiento en esta primera etapa».
«Para mí fue muy positivo que la Convención hiciera un esfuerzo de estar en las regiones. Entiendo que hay críticas respecto a los costos, pero hay que tratar de hacer estas visitas lo más modestas y sencillas posibles».
Algunos pensaron que ese ánimo se debía a que Monckeberg está como en casa en la Segunda Región: su esposa y compañera de partido, la senadora Paulina Núñez, es de la zona y la visitan con frecuencia. Pudo haber sido eso. Pero él daba otro motivo para su buena disposición: lo que vivió en la salida territorial, de la que sacó réditos positivos, a pesar de que su sector atacó constantemente la idea de sesionar fuera de Santiago.
Teresa Marinovic (Partido Republicano), Rocío Cantuarias (Evópoli), Bárbara Rebolledo (Evópoli) y Bernardo de la Maza (Independiente) fueron algunos de los convencionales que se bajaron del viaje, para hacer un gesto de austeridad en relación a los recursos que se habían destinado para mover a la Convención al norte. Sin embargo, para cuando decidieron restarse del despliegue, la secretaría ya había incurrido en los gastos. Hubo otros que, a pesar de estar en desacuerdo con los $490.000.000 que se invirtieron en el viaje, se subieron al avión y criticaron en terreno.
En ese escenario, Monckeberg matiza: «Para mí fue muy positivo que la Convención hiciera un esfuerzo de estar en las regiones. Entiendo que hay críticas respecto a los costos, pero hay que tratar de hacer estas visitas lo más modestas y sencillas posibles. Ojalá sin grandes gastos porque eso, en un país que tiene necesidades múltiples, molesta. Estoy de acuerdo, pero creo que desde todo punto de vista es positivo que, así como se estuvo en el sur, también se esté acá, más en la región de Antofagasta. Además la región hizo un tremendo esfuerzo por recibir bien a cada uno de los que asistieron acá».
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En la derecha, como en otros sectores, hay distintos colores. Cristián Mockeberg pinta con uno diferente a los de sus compañeros, desde que comenzó el proceso. Se muestra más dialogante y sin la exaltación de algunos integrantes de Chile Vamos. Pero tampoco es que se desmarque. Al contrario, no vota distinto de sus correligionarios y tiene las mismas aprensiones. De hecho, hoy firmó la carta que ocho convencionales de la derecha enviaron al presidente Gabriel Boric para pedir debatir una tercera vía en el plebiscito que definirá la aprobación o rechazo del texto constitucional. Este grupo asegura tener un «compromiso con el cambio constitucional» y reafirma su disposición para trabajar en «el evento que el borrador ofrecido por la CC no sea aprobado».
Desde antes de ser elegido, Monckeberg marcaba una distancia con los lineamientos de gran parte de su sector. Por ejemplo, el programa que publicó para su candidatura a convencional incluía el reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas: «Chile debe no sólo reconocer y promover la diversidad cultural de los pueblos originarios, sino también la conservación, fortalecimiento y desarrollo de sus 5 identidades, de sus idiomas, instituciones y tradiciones, destacando el valor que representan para el desarrollo del país».
«Los constituyentes se han mandado varios numeritos, condoros y errores, que han hecho que muchas veces se produzcan problemas de mala evaluación de la gente. Hay una responsabilidad importante de muchos constituyentes respecto de su acción y actuar».
También propuso el avance de «igualdad efectiva entre mujeres y hombres, impidiendo la violencia, discriminación o abusos en su contra», e incluyó la demanda educacional: «El Estado deberá garantizar el acceso a la educación general gratuita en todos sus niveles, avanzar en calidad y promover la diversidad de proyecto educativos (…) y garantizar una calidad adecuada».
Más de un año ha pasado de esa elección. Monckeberg ahora analiza el trabajo de las comisiones que están en funcionamiento: Preámbulo, Armonización y Normas Transitorias, que integra.
-¿Cómo cree que ha sido el avance de las comisiones, especialmente en la salida al norte?
«A mí la propuesta de nueva Constitución no me representa mucho, creo que se aplicaron las mayorías que están en un lado distinto al mío. Pero, más allá de eso, quiero dejar claro el trabajo que hacen las tres comisiones, que estuvieron los tres días en sesiones de mañana y tarde, escuchando, viendo opiniones de la gente y de los expertos».
-Sobre las visitas a distintas comunidades en Antofagasta, personas de su sector declararon que no se iba a informar, sino que se hacía campaña. ¿Qué piensa de estas salidas y de las críticas?
«Creo que fue un buen espacio, además porque fueron a decir las cosas por su nombre. Yo no estuve ahí porque trabajaba en mi comisión, pero entiendo que hubo muchas preguntas de asistentes que fueron al hueso y que a los convencionales no les acomodó mucho, porque les preguntaban respecto de dudas que están dando vueltas sobre el texto. Más allá de que yo diga que apruebo o rechazo, creo que la gente va a sacar sus propias conclusiones. Va a leer, va a estudiar y va a mirar. Puedo salir con 20 banderas del rechazo o del apruebo y da un poco lo mismo. Lo importante es la reflexión, que cada uno lea, se informe, piense si este es el mejor texto y si lo interpreta. No solamente pensar en uno, sino en las generaciones que vienen y luego tomar una decisión. Que un convencional diga apruebo o rechazo creo que hoy da lo mismo. Lo que falta es que la gente se informe bien y ese es el mensaje que hay que entregar».
«Creo que para mi sector el llamado es a terminar bien el proceso. Y para la gente es a informarse, a mirar bien el texto, a despejar las dudas, eso es lo más importante».
-Uno de los temas que afecta el debate de ideas es la desinformación que se entrega de los mismos convencionales. Por ejemplo, lo hizo Harry Jürgensen en sus redes sociales. ¿Qué opina sobre esas estrategias?
«Mira, creo que a uno le puede gustar o no el texto y creo que está bien dividida la gente en Chile respecto al texto al día de hoy. Pero lo importante es que la gente se informe y se informe bien, y transiten de buena manera las opiniones y las conclusiones. En el caso de quienes son líderes de opinión, o que hemos estado en este proceso, el llamado también es a transmitir lo más fehacientemente posible lo que aquí está ocurriendo, para que después no se produzcan dudas respecto a si es medianamente verdad, es falso, es una mentira. En fin, hay que ser lo más cuidadoso con eso.
Creo que los medios han hecho una buena pega de informar, muy positivo. Los constituyentes se han mandado varios numeritos, condoros y errores que han hecho que muchas veces se produzcan problemas de mala evaluación de la gente. Hay una responsabilidad importante de muchos constituyentes respecto de su acción y actuar».
«En el caso de quienes son líderes de opinión, o que hemos estado en este proceso, el llamado también es a transmitir lo más fehacientemente posible lo que aquí está ocurriendo»
-¿A qué sector se refiere?
«De todos lados. Esto ha pasado y nadie está exento de cometer errores, pero creo que eso ha complotado contra el proceso porque hay mucha responsabilidad en todo esto de sacar adelante este texto constitucional, pero lo más importante es que la gente se informe».
-¿Cuál es el llamado que hace para esta recta final?
«Creo que para mi sector el llamado es a terminar bien el proceso. Y para la gente es a informarse, a mirar bien el texto, a despejar las dudas. Eso es lo más importante. Que sea una elección bien ciudadana y no tan política, porque esto no es derecha o izquierda, no es política contingente. Esto es un texto que, si se aprueba, va a durar mucho tiempo y va a fijar las reglas de Chile hacia adelante». Δ