Por Rodrigo Córdova y Jessica Herrera
30 de julio. Durante su cuarta sesión, la Comisión de Derechos Humanos aprueba, con 13 votos a favor y una abstención, rechazar las audiencias de ciertas organizaciones: aquellas que “hayan difundido mensajes de odio o que puedan incitar a la violencia respecto de grupos vulnerables o históricamente excluidos”. La subcomisión de audiencias públicas, participación y comunicaciones -compuesta por los convencionales Manuel Woldarsky y Constanza San Juan, de los distritos 10 y 4- comienza a analizar las solicitudes para filtrar a quienes sí podrán intervenir.
El interés por evitar actitudes negacionistas en la CC ha sido férreo, y no sólo en ámbito de la Comisión de DD.HH. La Comisión de Ética se embarcó en un debate para entregar un marco de referencia al resto de los convencionales. En el documento de Normas de Funcionamiento Provisorio se establece: «Se entenderá por negacionismo, toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile (…) y las violaciones a los DD.HH. Así también como toda acción y omisión que justifique, niegue o minimice las atrocidades y el genocidio cultural de las que han sido víctima pueblos originarios y el pueblo tribal afrodescendiente a través de la historia». El propio Manuel Woldarsky es abogado y un declarado activista en el tema.
EL NEGACIONISMO SEGÚN EL REGLAMENTO PROVISORIO DE LA CC
«Se entenderá por negacionismo, toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile (…) y las violaciones a los DD.HH. Así también como toda acción y omisión que justifique, niegue o minimice las atrocidades y el genocidio cultural de las que han sido víctima pueblos originarios y el pueblo tribal afrodescendiente a través de la historia».
La presencia de Jorge Arancibia (UDI), ex comandante en jefe de la Armada y hoy convencional por el distrito 7, precisamente en la Comisión de Derechos Humanos fue catalogada por sus detractores como «una provocación»: es acusado de ostentar constantemente «comentarios negacionistas».
De vasta carrera, Arancibia es hijo de un general de Ejército. Comenzó su camino en la Escuela Naval a los 15 años y alcanzó algunos de los máximos cargos políticos, diplomáticos y militares. Entre 1980 y 1982 sirvió de edecán a Augusto Pinochet, a quien visitó mientras estuvo detenido en Londres por la Justicia española. Fue senador y también embajador de Chile en Turquía durante el primer gobierno de Sebastián Piñera.

¿Qué es el negacionismo? ¿Por qué parece ser tan relevante en el contexto de la CC? Karen Alfaro, doctora en historia social y políticas contemporáneas, define el negacionismo como un “discurso de prácticas que frente a las pruebas irrefutables de la historia y de la justicia, busca relativizar las violaciones a los derechos humanos ocurridas bajo el terrorismo de estado en Chile”.
3 de agosto. El debate sobre el negacionismo se zanja y termina en dos grandes prohibiciones. Primero, la Comisión declara inadmisibles las audiencias de la Fundación Jaime Guzmán, Confamilia, Movimiento Acción Republicana y a la Fundación Cuide Chile. Todas ellas por promover discursos de odio y no considerar formas diversas del concepto de familia (ver el informe emitido por la mesa). Segundo, se aprueba la exclusión de Arancibia de la semana de audiencias públicas, con el fin de propiciar un ambiente libre de revictimización para los 274 expositores.
Carolina Videla, del distrito 1, fue una de las firmantes de esa enmienda. Defendió su posición declarando en un punto de prensa que “(Arancibia) ha hecho declaraciones de que su propósito político era tomar un arma y salir a matar comunistas”. Giovanna Roa, del distrito 10, continuó advirtiendo que “no podemos darles garantías a las víctimas de DD.HH. o a las organizaciones defensoras de que vengan a dar sus relatos si es que esos no están en un espacio libre de violencia”.
“Un sector se puede ir empapando del dolor que generaron ciertos eventos para una parte del país”. Bárbara Olguín, psicóloga.
La psicóloga Bárbara Olguín, especializada en psicoanálisis, salud pública y traumas, explica que la presencia de Jorge Arancibia sí puede evocar vivencias traumáticas en las personas que van a exponer, pero hace hincapié en no caer en absolutos: “Cada víctima es un mundo en sí mismo”. Agrega que la revictimización ocurre cuando una víctima tiene que relatar una y otra vez los hechos traumáticos frente a otro que pretende ayudarle.
Olguín dice que la revictimización ocurrirá de todas formas en las audiencias públicas y no cree que el hecho de relatar el trauma «se aminore o intensifique por la presencia de Arancibia”. Advierte también que, si bien se podrían haber tomado caminos distintos para resguardar el espacio de las audiencias, la reflexión y el espacio de discusión son positivos: “un sector se puede ir empapando del dolor que generaron ciertos eventos para una parte del país”, dice.
Fuera las organizaciones consideradas negacionistas y fuera Jorge Arancibia de las audiencias de participación: Estas premisas parecían completamente establecidas en la Comisión de DD.HH. y transversalmente aceptadas, al menos por la mayoría de quienes la componían. Pero la CC ha dado continuas luces de que los cambios están a la orden del día y hasta las decisiones más estrictas pueden ser reconsideradas.
16 de agosto. La Comisión sesiona de forma extraordinaria. El principal punto en la pauta es la aprobación del cronograma de recepción que establece las audiencias aceptadas y las inadmisibles. Desde ese momento el pleno se transforma en un espacio de reflexión para los debates históricos de reparación y justicia que -afirma durante la sesión María Rivera, del distrito 8- “no han sido escuchados ni por los partidos políticos que nos gobiernan”.
“No le corresponde a la CC convertirse en un tribunal. Debemos abrir las puertas sin restricciones, ya que la democracia nos lo pide y será la ciudadanía quien evalúe el resto”. Patricia Politzer (D10).
Patricia Politzer, convencional del distrito 10, fue la primera en desestimar la inadmisibilidad de las cuatro organizaciones. Rechazó la censura y la exclusión y declaró no tener cercanía alguna con esas entidades: “No le corresponde a la CC convertirse en un tribunal. Debemos abrir las puertas sin restricciones ya que la democracia nos lo pide y será la ciudadanía quien evalúe el resto”.
Para Carolina Videla, del distrito 1, este debate abrió la posibilidad de discutir cómo se permitieron impunidades sociales: «Ante aquello tenemos que abrir estos espacios y no dejar fuera a ninguno”. La abogada Manuela Royo (D23), coordinadora de la Comisión, hizo un punto: “Todo derecho tiene un límite (…) No se escuchará a personas homofóbicas, racistas, que difundan el discurso de odio y que falten a la verdad”.
«Yo los quiero y quiero trabajar con ustedes. Mi actitud es de colaboración (…) con todo respeto a la mesa, camaradas, yo les pido una consideración a este hombre». Jorge Arancibia
Giovanna Roa, que había manifestado su repudio a las fundaciones consideradas negacionistas, dio un paso atrás. Apeló al valor de escuchar y reflexionar sobre los límites de la libertad de expresión en la democracia que se quiere construir. Y Pedro Muñoz, del PS y convencional del distrito 24, dijo: “No les vamos a censurar como ustedes lo han hecho durante toda la vida con nosotros, hemos vencido esas barreras. Les esperamos aquí”.

Otro punto importante faltaba por discutir. Jorge Arancibia admitió que la decisión de marginarlo lo tomó por sorpresa: “Me enteré por los medios”, confesó. El convencional emitió sus descargos luego de haber sido excluido, pero con el paso de los minutos su tono cambió: «Yo los quiero y quiero trabajar con ustedes. Mi actitud es de colaboración (…) con todo respeto a la mesa, camaradas, yo les pido una consideración a este hombre».
Hacia el término de la sesión, los puntos de vista emitidos fueron ajustando las decisiones y formatos de trabajo para la semana de audiencias. Las 274 exposiciones, más las cuatro anteriormente excluidas, están divididas en tres subcomisiones: Verdad Histórica, Reparación Integral y Garantías de No Repetición y la de Marco General de Derechos Humanos, Ambientales y de la Naturaleza. Esto posibilitó una salida para el caso de Jorge Arancibia, quien integrará la subcomisión que revisará el marco teórico de los DD.HH. y no participará en la que escuchará los testimonios de las víctimas. Δ