Si la Convención fuera un ranking de popularidad, la Comisión Forma de Estado estaría en el primer lugar: sus propuestas son las que dominan entre las que lograron rozar la unanimidad al conseguir 150 votos o más en el Pleno. Se trata de una cifra que supera por 47 votos los 103 necesarios -equivalentes a 2/3- para que un artículo pase a formar parte del borrador constitucional. Refleja también, y aunque a veces parezca difícil de creer, dado el ambiente conflictivo que se ve día a día en torno a la CC, que hay temas que convocan transversalmente a gran parte de los 154 convencionales. Como dice el ex vicepresidente Jaime Bassa (Frente Amplio), hay propuestas en que la derecha efectivamente «ha concurrido» y entregado su aprobación.
La temática dominante en este consenso es el gobierno local. Una norma que estuvo a dos votos de la unanimidad -152 a favor y un solo voto en contra- se refiere a la elección de concejales y concejalas por «sufragio universal, directo y secreto».
De cerca le siguen dos artículos que hablan de la «diferenciación territorial»: proponen que cada territorio tenga políticas públicas diferenciadas. Además, se propone que en la diferencia, haya «mecanismos de solidaridad y equidad que compensen las desigualdades entre los distintos niveles territoriales». Se trata, sin duda, de textos deseados: toman bajo su tutela el tema de la descentralización, que tanto debate propuso en su momento puesto que la CC la transformó derechamente en regionalización. Pendiente está, de hecho, el cómo funcionará y cuáles serán las atribuciones de la Cámara de las Regiones, que absorberá parte del quehacer regional.
La comisión de Sistemas de Justicia también se anota en este listado y con un récord: tiene un artículo con 150 votos a favor y cero en contra. Habla del deber del Estado para los «mecanismos colaborativos de resolución de conflictos que garanticen la participación activa y el diálogo».
¿Por qué estos artículos, pese a su amplio consenso, no suman 154 votos? Demasiadas veces los convencionales no votan. En esos casos, la pantalla muestra sus nombres al lado de una marca negra, en vez de una amarilla que se instala cuando, habiendo votado, optan por abstenerse.
Un buen ejemplo de eso se vivió hoy mismo, durante la deliberación del único informe de la comisión de Derechos de los Pueblos Originarios: un grupo de convencionales de derecha agrupados en Vamos por Chile consideró inválido el material, dado que emanó de la Consulta Indígena, y decidió no votar. Organizada al alero de la Convención, esta actividad no logró funcionar como indican estrictamente los acuerdos internacionales y, dado el escaso tiempo, sólo fue visada por 7.549 participantes. Es menos de la mitad de lo que la CC esperaba y muy lejos de las 40.000 que proponía el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Δ
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