La octogésima sesión plenaria de la Convención Constitucional se avecinaba como una nueva y tensa batalla entre las fuerzas que se baten en el hemiciclo del ex Congreso (y no decepcionó). Cuatro fueron los temas en tabla para una sesión de lunes, que comenzó a las 9:30 horas. Cada uno de los puntos prometía abrir nuevos focos de conflicto y sobre todo los relacionados con los cambios reglamentarios. En el inicio de una semana que estará sujeta a un intenso trabajo de Plenos deliberativos, se sometieron a votación por tercera vez dos reformas al Reglamento General. Ambas buscan disminuir el quórum para la devolución de normas rechazadas en particular y así reducir el tiempo de las votaciones en el hemiciclo.
Ambas propuestas fueron presentadas por Independientes No Neutrales (INN), Movimientos Sociales Constituyentes (MSC), Chile Digno, Colectivo Socialista y Pueblo Constituyente. La primera proponía un cambio en el quórum para la devolución de una propuesta a su respectiva comisión temática: en caso de obtener el respaldo de 1 ⁄ 4 de los convencionales -equivalentes a 38 votos- del Pleno en vez de un quórum de mayoría simple, equivalente a 78 votos. Transcurrió una hora de intercambios a favor y en contra para esta modificación y al final se aprobó: 107 votos a favor, 35 en contra y 4 abstenciones.
«Los que tienen la mayoría no van a permitir que una votación, aunque sea legítima, democrática, diga algo distinto a sus intereses». Eduardo Cretton (UDI), sobre el cambio al quórum de votaciones en el Reglamento

Desde los sectores progresistas indican que este cambio permite que las normas que versan sobre temas relevantes para sociedad no se desechen solamente porque no están bien escritas o porque les falta perfeccionamiento. Ahora los artículos podrán volver a las comisiones temáticas con mayor facilidad y serán ellas las que decidan si modificar, eliminar o reformular. Durante la deliberación, la centroderecha se mostró por completo contra, calificando la propuesta como «cambio en las reglas del juego». Eduardo Cretton (UDI) inició los fuegos recordando que esta es la tercera vez que se propone algo que ya fue «democráticamente rechazado» y añadió: «Pero los que tienen la mayoría no van a permitir que una votación, aunque sea legítima, democrática, diga algo distinto a sus intereses».
El abogado Mauricio Daza, quien ha mostrado su apoyo a la reducción del quórum en reiteradas ocasiones, comentó: «En realidad no hay nada más democrático que someter una propuesta a la asamblea, para que ésta decida». Volvió a hablar de falta de «sinceridad» en el voto, porque a veces se rechazan propuestas o se votan a favor no por adherir o estar en desacuerdo con ellas sino simplemente con el fin de lograr los apoyos necesarios para que la norma vuelva a la comisión. El convencional de INN explicó: «La idea es terminar con el ejercicio absolutamente artificioso en el cual nos encontramos. Si una norma es relevante pero perfectible, tenemos que agarrar una plantilla Excel para establecer un número de votos que no sea superior a los 103 para que no sea aprobada, pero no inferior a los 78 votos para que sea desechada definitivamente».
«La idea es terminar con el ejercicio absolutamente artificioso en el cual nos encontramos. Si una norma es relevante pero perfectible, tenemos que agarrar una plantilla Excel para establecer un número de votos que no sea superior a los 103 para que no sea aprobada, pero no inferior a los 78 votos para que sea desechada definitivamente». Mauricio Daza (INN)
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La segunda discusión sobre el cambio reglamentario fue incluso más compleja. Se presentó con el propósito de «reducir el tiempo de las votaciones en el hemiciclo y evitar dilatar el proceso producto de la presentación de cientos de indicaciones que no tendrían los votos necesarios para su aprobación».
Primero se deliberó eliminar la posibilidad de votar por separado los informes en general. También subir el número de firmas patrocinantes: de 16 a 32 para renovar indicaciones en el Pleno y con el añadido de que no puedan ser supresivas; o sea, que no pueden eliminar artículos ni incisos.
Algunos convencionales de izquierda aseguraron que esta norma está dirigida a evitar la «estrategia de la derecha de obstruir el trabajo y evitar que el texto constitucional esté listo para su fecha de entrega». Se recordó en varios discursos la votación plenaria del 31 de marzo, en la que 17 horas de debate se dedicaron a votar las 164 indicaciones propuestas al informe de reemplazo de la comisión de Derechos Fundamentales. En dicha sesión, 149 indicaciones fueron presentadas por solo dos convencionales de Vamos por Chile y se tradujo en más de 200 votaciones.
«Quienes han seguido atentamente el trabajo de la Convención, saben que el sector del rechazo, que está presente en esta Convención, ha practicado de manera sistemática prácticas dilatorias que tienen como único objetivo enlentecer el proceso. Este tipo de prácticas se han multiplicado por parte de un sector que ni siquiera tiene el respaldo de la derecha completa», argumentó Alondra Carrillo (MSC).
«Quienes han seguido atentamente el trabajo de la Convención, saben que el sector del rechazo, que está presente en esta Convención, ha practicado de manera sistemática prácticas dilatorias que tienen como único objetivo enlentecer el proceso. Alondra Carrillo (Movimientos Sociales)
El sector conservador manifestó con vehemencia que esta reforma intenta «silenciar» y «censurar»: al subir el número de convencionales necesarios para presentar indicaciones, la centroderecha tendrá más dificultades para presentarlas, considerando que son un grupo minoritario en la CC. «Con cada una de estas medidas no solo dejan fuera a un grupo de convencionales, sino en el caso nuestro a más de un millón de chilenos que nos eligieron para representarlos en este debate. Cuando aplaudan haber aprobado esta reforma, dense cuenta del microclima que han creado», afirmó Marcela Cubillos (Ind. UDI).
El debate se encaminó incluso hacia terrenos menos amables. «Circuló un rumor de que la constitución estaba escrita y ahora puedo decir responsablemente que esto es efectivo y que todo ha sido cuidadosamente planificado por un grupo que aspira tener el control del país entero», afirmó Rocío Cantuarias (Evopoli).
La convencional arremetió sin nombrarlo contra el sistema de selección usado para elegir a los integrantes de la Convención, el sistema D’Hondt, y contra la paridad de género que imperó en esta votación: «Primero, el sistema electoral y la lógica de cupos afectaron el principio democrático de una persona, un voto. Los escaños reservados obtuvieron en total 70 mil votos, y Marcela Cubillos ganó por 85 mil votos. Pero ella sólo cuenta con un voto en la CC. Luego, cuatro hombres de escaños reservados están acá por corrección de género a pesar de que sus cupos lo ganaron otras mujeres».
«Circuló un rumor de que la constitución estaba escrita y ahora puedo decir responsablemente que esto es efectivo y que todo ha sido cuidadosamente planificado por un grupo que aspira tener el control del país entero». Rocío Cantuarias (Evópoli)
Adriana Ampuero (IND) contra argumentó con otro ejemplo: «En ese caso, entonces el voto de la convencional Katerine Montealegre (UDI) debería valer medio voto, pues entró por corrección de género. Suena feo a la inversa, cierto. Todos tenemos el legítimo derecho de estar aquí, incluidos ustedes, cerremos este debate infructuoso e irrespetuoso». El ir y venir de discursos posibilitó la respuesta de la convencional Montealegre, quien usó su derecho a réplica: «Toda mi vida he sido contraria a la paridad de género. Salir elegida por ella no fue mi opción. Lo soy porque permite después que otros de pequeño cerebro, como la convencional Ampuero, se atrevan a decirle a una mujer que salió por cupo y no por sus capacidades. Incluso sacando solo 200 votos menos y siendo abogada, no se si usted puede decir lo mismo».
Las disputas impulsaron a que el vicepresidente, Gaspar Domínguez, llamara muy medidamente al orden: «Esto no es un consejo de curso, no es para mandarse mensajes y responder sobre atributos del otro. Les pido que estemos a la altura del proceso».
Con todo, la propuesta en disputa que sube al doble el quórum para presentar indicaciones fue rechazada al no contar con el apoyo de la derecha y algunos escaños reservados. Tampoco logró el respaldo que se puedan ingresar indicaciones nuevas que tengan el patrocinio de al menos 2/3 de la comisión de la cual provenga el informe. Sí fue aprobada la propuesta que elimina la posibilidad de votar por separado los informes en general, que fue visada por el Pleno con 103 votos a favor, 31 en contra y cuatro abstenciones. Δ