Por Andrés González
«Mientras entrevistaban a la machi Francisca Linconao, Belén (Villena) me llamó, se le encendió la lámpara, como se dice, y dice: ‘mira esto’. Y se nos hizo evidente que había una asimetría en la comunicación entre el periodista y la machi, ya que quedó demostrada la imposibilidad de llegar a una comunicación completa y eficiente en un medio como la TV con una persona cuya lengua materna no es el castellano, sino el mapudungun. Eso fue importante de constatar porque la machi tiene el derecho a expresar sus opiniones políticas de modo adecuado. Por eso Belén me hizo notar que esta deficiencia se iba a hacer más notoria en la Convención con la presencia de convencionales hablantes de mapudungun». Quien habla es Gertrudis Payàs, doctora en Traductología, y se refiere a una entrevista de la machi Linconao en el programa «Mentiras verdaderas» de La Red. Su compañera Belén Villena, doctora en Lingüística, añade: «Lo que pasó en esa entrevista fue que se vulneraron los derechos lingüísticos de la machi Francisca. Y eso no debería pasar ni en los medios ni en la Convención Constitucional ni en ningún servicio público».

Ambas son impulsoras del Curso de Formación para Intérpretes y Traductores de Mapudungún, programa virtual organizado en conjunto por la Universidad Católica de Temuco (UCT) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), con el fin de apoyar a la Convención Constituyente y, especialmente, a las y los convencionales mapuche que la conforman. El curso se inauguró el 4 de agosto, en una actividad por Zoom en la que participó la presidenta de la CC, Elisa Loncon.
El programa tiene 13 alumnos, se extenderá hasta el 15 de octubre, y busca dotar a la Convención de intérpretes en mapudungún-castellano (rulpazugufe), así como en los ámbitos de la salud y de la administración de Justicia existe la figura del facilitador intercultural.
Belén Villena explica que «con Gerta (Gertrudis Payàs) y con Elisa Loncon comenzamos a trabajar el tema de la interpretación del español al mapudungun y viceversa desde mucho antes de que Elisa fuera elegida constituyente, y también teníamos contacto con la machi Francisca Linconao por este mismo tema desde antes del inicio de la Convención». El paso siguiente de estas dos académicas fue conversar la propuesta con Elisa Loncon y con las autoridades de ambas universidades para dar el vamos al curso, que no es una instancia oficial de la Convención, sino académica.
El equipo de traductores e intérpretes
Por ahora, solo uno de los 13 alumnos del curso está trabajando permanentemente en la Convención: se trata de Elizabeth Huenchual, intérprete de la machi Francisca Linconao.
Sin embargo, han desarrollado otras tareas específicas para la Convención Constitucional. La profesora Laura Ancavil fue la traductora al mapudungun de la jornada inaugural del 4 de julio, y el profesor Gabriel Llanquinao, encargado de traducir al mapudungun el Manual del Constituyente, documento de 25 páginas proporcionado por la secretaría técnica de la CC a las y los convencionales, guía que estuvo disponible en otros cuatro idiomas: castellano, aymara, rapa nui y quechua. Llanquinao también colaboró en la realización de una cápsula de video explicativo de los espacios de la CC, de la traducción de la señalética tanto en el Palacio Pereira como en el Ex Congreso y como intérprete en el acto de instalación de la Convención, el 4 de julio.
Llanquinao es académico de la Universidad Católica de Temuco y hablante nativo de lengua mapuche. Su visión acerca de la presencia del mapudungun en la Convención es cauta. «La lengua mapuche ha sido muy estudiada, utilizada para propósito misioneros, para estudios académicos lingüísticos, pero se sigue perdiendo, se sigue desplazando. Hay cientos de trabajos académicos sobre el mapudungun, pero que tienen poco que ver con los objetivos del hablante mapuche. En los parlamentos con los españoles siempre hubo la figura del intérprete, pero con la subordinación posterior llegamos al siglo XXI sin gente formada en traducción e interpretación. No ha sido una inquietud de la academia ni del Estado. Por eso, para mí participar de todo este proceso tiene un sentido político y una dimensión ética», explica.
Otra integrante del curso, quien oficia como profesora y participante a la vez, es Rosa Huenchumilla, facilitadora intercultural de la Defensoría Penal Pública de La Araucanía.
La mayoría de quienes están inscritos en el programa de perfeccionamiento de ambas universidades están vinculados, de alguna manera, a los equipos de trabajo de las constituyentes de escaños reservados mapuche Elisa Loncon, la machi Francisca Linconao y Rosa Catrileo. La PUCV y la UCT extendieron la invitación a participar a los equipos de todas y todos los representantes mapuche, pero ellas tres fueron las más interesadas en hacer partícipes a sus colaboradores.
Sobre la labor que estos traductores e intérpretes podrían desarrollar en la Convención, Belén Villena estima que “como nosotras solo estamos actuando como instancia académica, si nuestros alumnos son requeridos por ellos ya dependerá de las normas que se aprueben para expresarse en sala o también de cómo las y los convencionales quieran difundir los avances de la CC. Lo que sí está claro es que se tendrá que traducir bastante información para folletos, páginas webs, etcétera. Y también uno espera que al final del proceso la nueva Constitución se traduzca a las lenguas originarias. Entonces, trabajo por hacer habrá bastante, no solo de interpretación, sino también de traducción”.

«Superar lo simbólico del mapudungun»
La propuesta de las académicas y del curso va más allá de los plazos para redactar la Nueva Constitución. Belén Villena estima que «no solo es importante que exista conocimiento, que existan traductores e intérpretes en la Convención, sino también en los medios de comunicación, para que no se sigan vulnerando los derechos lingüísticos de personas mapuche. Entonces nos gustaría proyectar este curso más allá de esta primera versión y ampliarlo en cuanto a participantes».
«Lo que espero es que el mapudungun supere la etapa de ser un símbolo, un gesto, de ser considerado ‘bonito’ y pueda ser usado y valorado como instrumento de comunicación real», Belén Villena, impulsora del curso
«Es importante –agrega– escuchar y leer estas lenguas en contextos de oficialidad y del mundo contemporáneo. Escuchar el mapudungún no solo en las ceremonias mapuche, en las comunidades, sino también en contextos políticos importantes, en medios de comunicación. Nos encantaría que cuando inviten a Elisa Loncon, le permitan hablar en su lengua a través de un intérprete. En una entrevista que le hizo El Mercurio, le preguntaron lo siguiente: ‘El saludo en otra lengua es bonito, pero ¿porqué no usar el lenguaje que les es común a todos para argumentar?’. Una lengua es un instrumento de comunicación, entonces, ¿por qué no debiese usarse para algo más que saludar? Lo que espero es que el mapudungun supere la etapa de ser un símbolo, un gesto, de ser considerado ‘bonito’ y pueda ser usado y valorado como instrumento de comunicación real».
La visibilización que ha dado la Convención a las lenguas originarias es una oportunidad. Gerta Payàs argumenta que «se está rompiendo un paradigma de monocultura, esto es muy importante. La aparición de personas que hablan otras lenguas en la CC ha causado sorpresa y ha puesto en evidencia la ignorancia que había acerca de las lenguas del país, un país que no se asume diverso, pero lo es. Ahora se ha hecho innegable, pero, de ahí a que esto implique cambios de fondo, ya se verá». Δ