Francisco de Lara, doctor en filosofía de la Universität Freiburg y fundador del proyecto Pensar en Red, analiza la campaña de desprestigio en contra de la Convención Constitucional, calificándola como “una estrategia que sirve a ciertos intereses y personajes dentro de la CC que intentan desarticular el trabajo constituyente”. Esta tendencia es motivo de análisis del Odiómetro, un proyecto realizado por académicos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) (*).
Una de las herramientas utilizadas son las redes sociales en donde proliferan las noticias falsas que, de acuerdo a De Lara, se comparten significativamente más rápido que las verdaderas. El origen de este fenómeno radica en la «economía de la atención», concepto que refiere a la abundancia de información existente y que debido a la digitalización hace muy fácil producirla y compartirla.
Ante la apabullante oferta de contenidos en redes sociales resulta más efectivo difundir noticias que llamen la atención del usuario, aunque no sean necesariamente fidedignas.
Las emociones son el motor de las noticias falsas. “Están hechas para crear impacto, rabia o miedo. Son reaccionarias y por lo mismo la extrema derecha suele usarlas, sobre todo la actual que es muy populista, en el sentido que intenta arribar un proyecto político basado en la idea de un pueblo que no estaría siendo escuchado”. Al producir miedo o rabia por noticias que circulan en las redes sociales genera que “te sientas amenazado ante algo que podría hacerte un mal”. Desde la izquierda también se intenta suscitar ciertas emociones en el público, no siempre desde las redes sociales. En este caso el especialista dice que se trata de generar indignación sobre las diferencias de clase y una esperanza de cambio.
Ante la apabullante oferta de contenidos en redes sociales resulta más efectivo difundir noticias que llamen la atención del usuario, aunque no sean necesariamente fidedignas.
Pese al complejo escenario, De Lara confía en que es posible regular las redes sociales y las noticias falsas que circulan en ella y empobrecen el debate. El ejemplo más contundente lo puso Twitter al cancelar la cuenta del expresidente de Estados Unidos Donald Trump. Δ
(*) Si quieres saber más del «Odipometro» de la PUCV, pincha aquí: 🖐