Por Jessica Herrera y Rodrigo Córdova
Junto con los debates para definir una nueva Constitución en el ex Congreso, en el mundo digital se desarrolla una campaña que ha influido negativamente en la imagen de la Convención Constitucional. En las redes sociales la CC ha sido foco de ataques directos y de noticias falsas desde su instalación con descalificaciones personales, mensajes que desinforman o derechamente difaman el proceso y a sus protagonistas. Las etiquetas #RenunciaLoncon, #circonvención y bulos con ánimos injuriosos, como fue el caso del diputado Sergio Bobadilla, son algunos ejemplos.
Los bulos o fake news son una amenaza real y concreta a la democracia y a la convivencia cívica que ha sido advertida por diversos organismos internacionales como la UNESCO. Las recetas para enfrentar esta corriente de información malintencionada y dañina son múltiples, pero ninguna ha logrado la efectividad buscada: educación digital, postura crítica y – sobre todo- datos reales y concretos que permitan frenar las mentiras.
La Convención Constitucional aparece como un campo fértil para estudiar un fenómeno global con mirada chilena. La persistencia de los ataques contra la institución llamaron la atención de profesionales que crearon plataformas y herramientas para estudiar estos posts; investigaciones que revelan datos respecto a los discursos de odio, discriminación y desinformación. Una de ellas es el Odiómetro, proyecto realizado por académicos de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Herramientas digitales contra las fake news
El Odiómetro es una herramienta de Inteligencia Artificial, creada por el equipo de Demoscopia Electrónica del Espacio Público (DEEP) de la PUCV, que monitorea los discursos de odio en redes sociales a través del Deep Learning, un programa de aprendizaje automático y sistematización, sin intervención humana en tiempo real y que distingue entre mensajes contrarios, neutros y de odio en contra de la CC o los convencionales.
¿Cómo define cuáles son discursos de odio y cuáles no? El sistema cuenta con categorías internacionales que por medio de hashtags y palabras clave logran extraer el corpus para los análisis.
DATOS DE LA MAQUINARIA DEEP reveló que dentro de los ataques políticos a la CC se encuentran, por ejemplo, que en tan solo dos días consecutivos la presidenta Elisa Loncon fuera el foco de Twitter con el hashtag #LonconRenuncia, generando más de 33 mil menciones, a una media de 543 por hora. Una actividad digital que para DEEP «es resultado de una acción coordinada». En la misma plataforma se apreció en la última semana de octubre que 20.548 menciones propagaron violencia en línea contra la CC, la mayoría agrupada bajo el hashtag #CircoConstituyente. Tras la primera salida a terreno de la CC a la región del Biobío, DEEP constató que la violencia en línea se reactivó con «la fake news relativa a la supuesta fiesta que integrantes de la CC habrían protagonizado en Concepción» que publicó radio Bio Bío y que aumentó su difusión por los retuiteos de políticos y convencionales. Los ataques llegaron a un peak de más de 20 mil menciones sólo el 26 de noviembre.

Las tropas digitales
DEEP detectó que 8.048 cuentas que participan intervenciones en línea contra el órgano constituyente. Estos ataques se han concentrado en Elisa Loncon, «tanto por su condición de mujer como por su condición de mapuche”, como lo expresa Pedro Santander, periodista que encabeza DEEP en una columna. Las redes sociales, sobre todo Twitter, han servido para que en Chile exista una “tropa digital” dedicada a atacar “coordinadamente a la Convención y a su presidenta”, añade.
Álvaro Zapata trabaja de cerca con el tema: es director ejecutivo de Dinámica Pública, empresa que realiza campañas políticas digitales. «Hay estudios que muestran que las fake news tienen 70% más posibilidad de ser retuiteadas que las verdades. Es peligroso cuando este tipo de informaciones salta al medio de comunicación formal y se instala no solo como un rumor virtual, sino como algo real», explica en relación con lo sucedido con la noticia publicada por Radio Biobío (ver recuadro 1), que tiene como antecedente un tuit.

“Hemos detectado que este desprestigio nace principalmente de usuarios que tienen una orientación política de ultraderecha, quienes hacen que proliferen de forma más rápida las fake news”, comenta Héctor Allende Cid, ingeniero informático parte del equipo DEEP.
El Odiómetro demostró que una de las autoridades de red (ver glosario al final) que lidera los ataques en contra de la CC es el ex ministro de Planificación de Augusto Pinochet Sergio Melnick. Zapata explica: «Es posible determinar ciertos patrones de conducta de algunos influenciadores digitales donde es factible observar conductas que tienen un objetivo claro y único, que es desprestigiar a la CC».
Una de las características principales de los ataques cibernéticos es su coordinación: “Muchas cuentas hacen uso de hashtags en contra de la CC de forma bien organizada, con el apoyo de una red de ultraderecha que lo prolifera. Eso es un ataque directo”, dice Allende. “Creo que cada uno tiene su sesgo político, pero en mi opinión personal a lo que apuntan es a usuarios indecisos e ingenuos; usan datos verdaderos pero enmascaran la realidad”, agrega.
“Hemos detectado que este desprestigio nace principalmente de usuarios que tienen una orientación política de ultraderecha, quienes hacen que proliferen de forma más rápida las fake news”. Héctor Allende, ingeniero informático del equipo del Odiómetro.
Agitadores de emociones

Detrás de esta clase de ataques existe “una estrategia que sirve a ciertos intereses de personas que intentan desarticular el trabajo de la Convención”, explica Francisco de Lara, Fundador y Director Ejecutivo de Pensar en Red.
“Las noticias falsas tienen más alcance porque están hechas para llamar la atención y suscitar emociones de rabia o miedo que te pueden llevar a algún tipo de reacción”. Francisco de Lara, fundador de Pensar en Red.
“Las noticias falsas tienen más alcance porque están hechas para llamar la atención y suscitar emociones de rabia o miedo que te puedan llevar a algún tipo de reacción”, dice el académico. De Lara añade que los bulos no buscan la reflexión sino la viralización y el retuit en base a un sentimiento de indignación y a identificar la idea de cambio con algo que puede llevar a la sociedad al desastre.
Esta estrategia permite exacerbar las declaraciones contra las personas y grupos minorizados (como las diversidades sexuales, pueblos originarios, mujeres). Así, según De Lara, se genera un “nosotros” basado en una identidad y unos valores excluyentes, tal como ocurrió en los casos de Estados Unidos y Brasil con Donald Trump y Jair Bolsonaro, respectivamente.
Álvaro Zapata coincide con De Lara pero advierte que «antes de las redes sociales había otros métodos para realizar campañas de desprestigio como los mismos medios de comunicación». El desafío ahora está en que «las plataformas de redes sociales no están reguladas, el anonimato es fácil y sin consecuencia alguna. Me botan la cuenta y armo otra», explica el Director Ejecutivo de Dinámica Pública.
Qué dicen los convencionales

«Digo responsablemente que la Convención está bajo ataque», tuiteó el convencional Jorge Baradit (D10) a finales de julio. La semana pasada la presidenta Elisa Loncon comentó que «se ha hecho uso de la mentira para invalidar el trabajo de la Convención Constitucional». Los efectos de la desinformación en la ciudadanía ha sido tema para integrantes de la CC, sobre todo cuando hay continuas referencias directar al proceso. Inclusive, la Comisión de Ética discutió una propuesta para sancionar a los constituyentes que emitan o difundan noticias falsas.
Para la convencional Rocío Cantuarias (D20), del colectivo Chile Libre, no existen grupos organizados que contribuyan al desprestigio de la CC: “Creo que muchos hechos muy lamentables que se han producido al interior de la Convención han llevado al bajo nivel de confianza que tiene ahora”.

Loreto Vidal, del mismo distrito que Cantuarias, dice que a veces le cuesta visibilizar que exista una mala intención en contra de la CC. Pero agrega: “no puedo mantenerme ingenua y no admitir que esto (la campaña de desinformación) es una realidad” y ahonda: “Existe una intencionalidad de quitarle valor a lo que estamos haciendo (…) compañeros que votaron Rechazo no tienen intención alguna de que se cambie la actual Constitución». De acuerdo a Vidal esta dinámica ha sido constante: «siguen con esa insistencia desde el día uno y nos hace mal». Δ