Por Jessica Herrera y Rodrigo Córdova
En seis meses de funcionamiento la Convención Constitucional sabe de jornadas largas. Por ejemplo, la comisión provisoria de Derechos Fundamentales llegó a sesionar hasta las 4:00 de la mañana en el primer período. Pero la de ayer-hoy será una jornada durísima y recordada. Por su extensión y por los tiras y aflojas que se dieron en el ejercicio democrático de los constituyentes para elegir a los reemplazantes de Elisa Loncon y Jaime Bassa, como presidenta y vicepresidente.
Por primera vez en la historia de este país, las votaciones de una institución del Estado fueron expuestas minuto a minuto a la ciudadanía. Se revelaron así las constantes, como el apoyo de la Coordinadora Constituyente Plurinacional a Eric Chinga, o el de Loncon a la científica antofagastina Cristina Dorador (D3). También los cambios de candidata o candidato según cada ronda de votación, como sucedió con Independientes No Neutrales. Y, por cierto, las inconsistencias del sector más conservador de la derecha, que parecía elegir prácticamente al azar entre los suyos, sin abrirse a mirar otras propuestas como sí lo hicieron otros integrantes más moderados de Chile Vamos.
Con una trayectoria independiente y activista, Dorador ingresó a la Convención en la lista de Movimientos Independientes del Norte. Presentó su candidatura a la presidencia apoyada por la bancada feminista y con la consigna de llamar a los “grandes acuerdos”.
Otra constante durante las horas de sesión en el Salón de Honor del ex Congreso fueron la campaña y las tensiones que rodearon a Dorador. Con una trayectoria independiente y activista, ingresó a la Convención Constitucional en la lista de Movimientos Independientes del Norte. Presentó su candidatura a la presidencia de la Convención el 22 de diciembre, apoyada por la bancada feminista y con la consigna de llamar a los “grandes acuerdos”. Como prueba, ese mismo día firmó con los convencionales de RN y Evópoli una iniciativa de norma constitucional “anticorrupción”. Demostró así un grado de apertura que, finalmente, no le sirvió para ganar votos en la derecha. Sus apoyos fluctuaron desde 22 votos en la primera ronda a los 72 en la sexta: llegó a estar a 6 votos de la meta. Pero ya pasadas las 2:00 de la mañana del miércoles 5, más de 17 horas después de iniciadas las votaciones, se debió resignar y bajar la candidatura.
En las dos primeras rondas, Dorador fue la tercera mayoría tras Ramona Reyes (D24) y Eric Chinga, candidato diaguita apoyado por la Coordinadora Constituyente Plurinacional y Popular. La derecha, por más que Dorador trató de persuadir, se alineó en un bloque sólido con Barbara Rebolledo (D17): no entregaron ni un solo voto.
En el intermedio para el almuerzo se generó el quiebre que la científica nortina necesitaba para allanar el camino para presidir la CC. La estrategia del Frente Amplio fue votar por Ramona Reyes del colectivo socialista como presidenta y llevar a Beatriz Sánchez (D12) como vicepresidenta. Pero mientras se llevaba a cabo esa maniobra durante las dos primeras rondas, las redes sociales explotaron ante el posible triunfo de Reyes debido a las pasadas -y reiteradas- investigaciones que la Contraloría efectuó en contra de ella mientras era alcaldesa del Municipio de Paillaco.

En el FA recogieron el guante: prevaleció la idea de que el cargo debía estar “impoluto” y se cambiaron en bloque a votar por Cristina Dorador. Este cambio fue radical en los resultados. Si bien Reyes obtuvo la primera mayoría con 33 votos en la primera votación e incrementó su apoyo en la segunda llegando a un techo de 54 votos, en la tercera obtuvo sólo 3 y Dorador subió a 46 apoyos.
Para la cuarta votación Dorador contaba 60 votos, aún lejos de los 78 que necesitaba. La constituyente de Independientes No Neutrales (INN), Patricia Politzer, obtuvo 35 y Chinga tuvo 22, igual que un nombre nuevo en las apuestas previas: Patricio Fernández (D11), quien cosechó votos en la derecha. En el ala más conservadora de ese sector fueron rotando candidatos sin sentido durante toda la jornada. Ese movimiento conllevó la caída definitiva de Bárbara Rebolledo, quien quedó con solo 5 votos.
Negociaciones trabadas
El cuarto receso fue el más largo hasta ese momento, pues se juntaron las candidaturas más anunciadas, las dos nortinas y que desde el comienzo mostraron una adherencia sólida: Dorador y Chinga. Los rodeaban convencionales de todas las bancadas de izquierda y negociaron la presidencia y la vicepresidencia. Con eso se esperaba que para la quinta votación se resolviera la presidencia, pero no fue así.
Sorpresivamente, INN se alineó con la derecha para la quinta votación y lograron que Patricio Fernández fuera la segunda mayoría con 61 votos, a tres de la científica antofagastina. Dorador, en cambio, no llegó a acuerdo con la Coordinadora Constituyente Plurinacional y Popular, que apoyaba a Chinga. En la sexta votación se esperaba que Dorador alcanzará los 78 votos necesarios, después de que el candidato diaguita aseguró haber negociado para la vicepresidencia, pero no fue así.
A partir de ahí, las votaciones se desperdigaron. En INN abandonaron el orden y empezaron a votar por los de «su casa»: Gaspar Domínguez alcanzó 14 votos. En la séptima votación, el grupo cambió de candidato: Benito Baranda que obtuvo 36 votos. Dorador seguía como primera preferencia -con 64- pero aún sin contar con la mayoría necesaria para dar por cerrada la sesión. La derecha conservadora, en tanto, se alineó con Rocío Cantuarias que tuvo 21 votos y en Evopoli-RN se decidieron por Angélica Tepper, que tuvo 14.
“La respuesta de todos los grupos es que tenemos que entregar nuestros votos y aceptar sin opción que no podemos llegar a integrar ni la presidencia ni la vicepresidencia”. Coordinadora Coordinadora Constituyente Plurinacional y Popular
Durante el comienzo de esta votación, la Coordinadora indicó que, a pesar de la extensa jornada de negociaciones, Eric Chinga retiraba su candidatura. A través de un comunicado se señaló: “La respuesta de todos los grupos es que tenemos que entregar nuestros votos y aceptar sin opción que no podemos llegar a integrar ni la presidencia ni la vicepresidencia”. Así daban cuenta de la negativa de los adherentes de Dorador a entregar la vicepresidencia a Chinga, privilegiando mantener la dupla con Rosa Catrileo, lo que impidió una salida. Tras el conteo, Chinga mantuvo los 18 votos de la Coordinadora.
Tal como se podía anticipar tras el descanso antes de la octava ronda de votaciones, la candidatura de Dorador perdió fuerza. Daniel Stingo y Jorge Baradit del Frente Amplio dijeron a la prensa que estaban disponibles para apoyar otras candidaturas, como la de Baranda. Pero él tampoco tuvo los votos necesarios. A las 2:14 horas, Dorador dio el paso al costado y depuso su candidatura.
Rodeada de convencionales de movimientos sociales, la científica dijo: «Mi nombre no produjo consenso y por eso decido declinar mi candidatura a la presidencia de la Convención» y apuntó: «Es difícil ser independiente en política». A eso de las 3:30 de la mañana comenzaba a tomar fuerza un nuevo nombre en el sector que había estado tras Dorador: la convencional María Elisa Quinteros (D17), odontóloga y especialista en salud pública. Δ