Por Constanza Yáñez
Un malestar intensificado y diversificado, incertidumbre e inseguridad, pero también exigencia y expectativas. Son parte de las claves que arroja el informe preliminar «Reflexiones de una ciudadanía constituyente», que acaba de presentar la plataforma de participación ciudadana Tenemos que Hablar de Chile, creada en 2020 y en la que están detrás -entre otros- las universidades Católica y de Chile, a través de sus respectivos rectores Ignacio Sánchez y Rosa Devés. Para este estudio se recogieron opiniones de ciudadanos chilenos a lo largo del país y de diversas edades, nivel socioeconómico y escolaridad.
Tras la entrega del la propuesta de nueva Constitución elaborada por la Convención, entre el 8 y 30 de julio de 2022, Tenemos que Hablar de Chile convocó -en un proceso llamado «Chile a Escala 2022»- a 309 personas para conversar en torno a las emociones predominantes de la última semana y los principales desafíos del país. La idea era perfilar si esos desafíos eran distintos a los del año 2020 y si existen las condiciones para enfrentarlos. También se buscaron recomendaciones para el mundo político.
«Los sentimientos negativos -que identificamos como malestar- se intensifican y si bien aparece también la esperanza como sentimiento, es mucho menor a la que pudimos reconocer el 2020». Manuel Sepúlveda, de Tenemos que Hablar de Chile
Manuel Sepúlveda, coordinador de alianzas e incidencia de Tenemos que Hablar de Chile, explica que se realizaron distintas preguntas: sentimientos que habían predominado las últimas semanas, cuáles eran los desafíos que identificaban, si el país tiene las condiciones para enfrentarlos, si eran iguales o distintos a los que habían identificado el 2020 y cuál es su recomendación a las autoridades políticas del país. «Estas preguntas se vinculaban con las del 2020, ya que las personas que participaron de este mecanismo en específico, ya habían participado del proceso de diálogo ‘Chile a Escala: 2020′».
De este ejercicio, explica Sepúlveda, emergen hallazgos: «Los sentimientos negativos -que identificamos como malestar- se intensifican y si bien aparece también la esperanza como sentimiento, es mucho menor a la que pudimos reconocer el 2020». Según él, esta percepción «se relaciona mucho con los desafíos que observa la ciudadanía, que considera que son los mismos o más que antes». Añade que de acuerdo a lo observado en las conversaciones, «no hemos avanzado a la solución de estos distintos problemas que afectan el día a día en que vivimos. Y por el contrario, podemos estar incluso en una situación en donde hay peores condiciones por temas de violencia, de inestabilidad económica, por lo tanto, lo que se describe es una situación de inestabilidad y de malestar».
– ¿Tras el informe han tenido contacto con alguna autoridad de Gobierno o ya sea, alguna personalidad de la política?
«Permanentemente estamos generando espacios de conversación, de diálogo y también teniendo instancias formales, reuniones en donde tratamos de llevar cada uno de los hallazgos que tenemos. Tú me mencionabas hace un instante que uno de los elementos que aparecen tiene que ver con una demanda, una necesidad, de generar acuerdos políticos para avanzar en soluciones a los problemas del día a día. La ciudadanía es crítica de lo que ve al respecto de las autoridades políticas. Y es algo que vimos en nuestro hallazgo. Se hicieron referencias a lo que fue la Convención Constitucional. Las críticas que aparecen son muy similares a las que se hacen en otros espacios políticos y, por lo tanto, hay un enorme desafío ahí».
«Se hicieron referencias a lo que fue la Convención Constitucional. Las críticas que aparecen son muy similares a las que se hacen en otros espacios políticos y, por lo tanto, hay un enorme desafío ahí».
Tenemos que hablar de Chile identifica cinco hallazgos preliminares, que corresponden a percepciones y argumentos que emergieron de la conversación, por lo que no forman parte de un discurso estructurado. El análisis deja en evidencia que existe una incertidumbre que embarga a la ciudadanía chilena. Se exigen mejoras en la calidad de vida, pero también que el espectro político colabore y se priorice el diálogo antes que los intereses partidistas. ¿Cuáles son estos primeros hallazgos?
Hallazgo 1: Un malestar intensificado y diversificado
En el diálogo, los participantes describieron su vida cotidiana como dura, compleja e insatisfactoria: están descontentos. Predominan sentimientos negativos, como la incertidumbre, la preocupación, la frustración, la ansiedad o el miedo. Estas percepciones estarían influidas por los siguientes factores predominantes:
- La situación política y social en Chile debido al proceso constituyente.
- La percepción de inseguridad debido al aumento de la delincuencia y otras formas de violencia.
- La percepción de una desmejorada situación económica del país.
- La pandemia.
Hallazgo 2: Desde la incertidumbre a la inseguridad
Frente a las preguntas sobre los desafíos del país, las ideas más mencionadas se centraron en conceptos en torno a salud, educación y delincuencia. Los tres están estrechamente relacionados con los sentimientos negativos del punto 1. También aparecen el proceso constituyente y el deseo de fortalecer la economía, ambos asociados a la sensación de incertidumbre. Los participantes señalan explícitamente su percepción de que se enfrentan los mismos o más desafíos que hace dos años. Al parecer, las personas han pasado desde la incertidumbre a la inseguridad; hay un agravamiento de la percepción en la que hay factores como la delincuencia y la inseguridad, asociada a la violencia. A ellas se suman la inseguridad económica, la inflación o la posibilidad de perder el trabajo.
Hallazgo 3: Ciudadanía exigente y empoderada
En los diálogos emerge un grupo amplio de personas con un perfil crítico hacia la labor política y exigente hacia cómo deben trabajar las barreras. En general, sobre la política hay una sensación de molestia, de inquietud o disconformidad, por lo que perciben como una baja calidad de la política y no así una indiferencia. Estas personas exigen que:
- Las autoridades se acerquen a la ciudadanía para que entiendan mejor y se empapen de la realidad.
- Las autoridades estén volcadas hacia los intereses generales y no a los intereses propios, como -señalan- se suele hacer en el mundo político.
- Las autoridades tengan un estándar ético superior.
- Las autoridades sean eficientes en la provisión de soluciones.
Hallazgo 4: Un camino incierto a recorrer
Los participantes reconocen múltiples problemas en el país y creen que pueden ser resueltos pero no saben cómo. Reconocen ciertas claves sobre la forma y los determinantes. Por ejemplo, identifican que están los recursos para implementar las mejoras, pero no las voluntades políticas para impulsarlas.
Hallazgo 5: Los acuerdos como un horizonte para el camino
El informe refleja que, a pesar de la fuerte crítica que se hace al mundo político, la vía institucional sigue arraigada en la conversación de las personas. Existe aún un respeto básico por los espacios institucionales, los que son reconocidos como un aparato funcional para generar cambios. Sin embargo, los participantes recalcan que debe haber una renovación de las prácticas de la política. Se le habla al mundo político en general, con una crítica transversal y se espera que quienes toman las decisiones se abran a escuchar al que piensa distinto y busquen caminos para llegar a acuerdos.
Para leer el informe “Reflexiones de una ciudadanía constituyente”, pincha aquí. Δ