Por Jéssica Herrera y Rodrigo Córdova, desde Antofagasta
Aparte de los convencionales que vinieron a la región de Antofagasta para trabajar en las tres comisiones que restan para completar el trabajo de la CC -Armonización, Preámbulo y Normas Transitorias-, hay otros que recorrieron pueblos y ciudades para encontrarse con organizaciones y comunidades y dar a conocer las normas que fueron aprobadas en la propuesta constitucional. Chiu-chiu, Alto Loa, Taltal y Toconao fueron algunos de los lugares por los que se desplegaron.
La Bonilla es un sector que está al norte de la capital regional, que concentra campamentos y población migrante y fue la primera parada del grupo. Un lugar de calles angostas que obligaba al bus de los convencionales a maniobrar milimétricamente. Las veredas están destruidas y la mayoría de las casas que pertenecían a la planificación urbana tienen una ampliación hechiza de un segundo o tercer piso. Las tomas que quedaron fuera de ese plan regulador lucían la obra gruesa de sus construcciones al descubierto sin definir bien dónde comenzaba una y terminaba otra.
“Voy a ser súper honesta con ustedes, chiquillos, hubo cosas que se ganaron y otras que se perdieron”. Giovanna Roa (FA).
El Centro Comunitario recibió a Giovanna Roa (FA), Bastián Labbé (Movimientos Sociales), Giovanna Grandón (Coordinadora Plurinacional), Hugo Gutiérrez (Chile Digno), Malucha Pinto (CS) y Natalia Henríquez (Pueblo Constituyente), quienes fueron con la palabra del borrador. Pollyana Rivera (Vamos por Chile) también debía asistir, pero se excusó pocos minutos antes de comenzar la visita. Las organizaciones presentes pertenecen a grupos de migrantes y pro migrantes, quienes esperaban a la comitiva en un patio interior, con mesas llenas de jugos y galletas, y cerca de 50 sillas para quienes quisieran sentarse a escuchar.
Lamentablemente, para la expectativa de los que asistieron, las noticias no fueron muy alentadoras. Lo positivo lo dijo Gutiérrez: La aprobación del principio de no devolución y el derecho a asilo. Roa, por otro lado, advirtió: “Voy a ser súper honesta con ustedes, chiquillos, hubo cosas que se ganaron y otras que se perdieron”.
Las noticias que traían los convencionales eran, efectivamente, de dulce y agraz. Si bien contaron sobre la aprobación del derecho a la ciudad y a la vivienda, el derecho a migrar no logró ser parte del borrador de nueva Constitución e incluso en el artículo de nacionalidad solo se le otorga a las personas nacidas en Chile o hijos e hijas de chilenos.
En la Convención, la migración ha mostrado su cara más polémica, conflictiva y sensible prácticamente desde su instalación. Es que el pasado lunes 2 de mayo se hundió por completo la última esperanza de la Comisión de Principios Constitucionales de aprobar una norma que asegure el derecho a la migración. En dicha votación se presentó una indicación de Beatriz Sánchez (Frente Amplio) que no superó los dos tercios y quedó excluida del debate. Ahí se establecía que «una ley ordenará el ingreso, estadía, residencia y egreso de los extranjeros en el país, el respeto de sus derechos y el ejercicio de sus deberes. Del mismo modo, regulará el derecho a la vinculación y retorno de los chilenos residentes en el exterior».

Las intenciones de la propuesta también se relacionaban con el rol del Estado de proteger y respetar los derechos humanos de las personas extranjeras que se encontraran en el país, sin importar su condición migratoria.
Ese vacío ahora les pesa mucho más a los convencionales que deben caminar entre las inestables construcciones de los campamentos y enfrentarse a las preguntas de extranjeros que viven en una de las regiones más afectadas por la irregularidad migratoria.
“¿Cuándo voy a poder votar en Chile?¿Cuándo vamos a tener viviendas?¿Cuándo tendremos acceso a las necesidades básicas?¿Cuándo los derechos sociales que indica la nueva constitución se harán realidad?”, fueron las preguntas exactas de los presentes a los seis convencionales. La propuesta relacionada sólo consiguió 98 de los 103 votos necesarios y ese vacío ahora les pesa mucho más a los convencionales que deben caminar entre las inestables construcciones de los campamentos y enfrentarse a las preguntas de extranjeros que viven en una de las regiones más afectadas por la irregularidad migratoria.
Giovanna Roa tomó la batuta para responder estas interrogantes, reconociendo que “no les fue bien” al garantizar el derecho a migrar; de hecho, las normativas al respecto no tuvieron cambios profundos. Actualmente, quienes quieran solicitar la ciudadanía en Chile deben acreditar el avecindamiento de cinco años en el territorio. Roa aclaró que en la CC hay trabajo por hacer: “Con respecto a nacionalidad queda un pedazo a trabajar que se va a ver en Normas Transitorias, que tiene que ver con los plazos y las formas que llevan a la nacionalización de las personas que no necesariamente sean hijos de chilenos o personas nacidas en el territorio”.
Cabe mencionar que, en paralelo, hay excepciones propuestas en base a otros intereses y que no tienen que ver con la Convención: en estos mismos días en la Cámara de Diputadas y Diputados avanza rápidamente un proyecto para nacionalización express de deportitas de alto rendimiento que quieran competir por Chile.
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«Estar acá nos da el sentido de este proceso constituyente, el porqué llegamos acá y redactamos lo que hoy existe en este borrador”. Bastián Labbé (Movimientos Sociales).
Según estimaciones al 31 de diciembre de 2020, la mayoría de las y los migrantes internacionales que viven en el país provienen de Venezuela, Perú, Haití, Colombia y Bolivia. La población extranjera que reside habitualmente en Chile está compuesta por 1.462.103 personas, según el Departamento de Extranjería y Migración (DEM) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Sin embargo, es necesario recordar que en los últimos dos años el tránsito hacia el país ha incrementado exponencialmente y estas cifras ya no suponen una realidad exacta.
La participación popular es también algo añorado para quienes ya consideran de Chile su hogar permanente. La creciente incorporación de migrantes a la sociedad chilena les provee también de un poder ciudadano no menor si se considera que 414.912 extranjeros están habilitados para ejercer su derecho a sufragio según datos del Servel en 2021. De esta cantidad, las comunidades más numerosas de votantes provienen de Perú, Colombia y Bolivia. Por otra parte, existen 3.140 militantes extranjeros en los 26 partidos constituidos en el país: las preferencias son lideradas por el Partido Comunista y la UDI ocupa el segundo lugar.
El anfitrión de la actividad fue Fernando Guzmán, director del Servicio Jesuíta Migrante en Antofagasta. Dijo que le hubiese encantado que el derecho a migrar se hubiese consagrado como tal en la propuesta, pero la explicación de la comitiva lo dejó tranquilo: “Este borrador se enmarca dentro de los derechos humanos y el derecho a migrar, entonces, de todas maneras tiene ese respaldo. Sin duda es un triunfo el derecho al asilo y el principio de no devolución”.
“Este borrador se enmarca dentro de los derechos humanos y el derecho a migrar, entonces, de todas maneras tiene ese respaldo». Fernando Guzmán (SJM).
Después de esa actividad, la comitiva se trasladó a un espacio abierto rodeado de casas a medio terminar edificadas con madera y planchas de zinc. Los esperaban un grupo de vecinos de distintos campamentos que llegaron al lugar para escuchar a los convencionales; fueron recibidos por estudiantes del sector, de segundo a octavo básico, quienes prepararon un número musical. Una vez terminada la canción, la dirigente vecinal fue directo al grano y con preguntas similares a las anteriores: «¿Qué es lo que se aprobó y cuándo se verán los cambios?». Esta vez, la comitiva tuvo respuestas concretas.
Labbé pudo asegurar que el derecho a la ciudad y al territorio fueron consagrados en el borrador constitucional. Este artículo señala que: “Todas las personas tienen derecho a habitar, producir, gozar y participar en ciudades y asentamientos humanos libres de violencia y en condiciones apropiadas para una vida digna”.
De ser correctamente implementada esta norma, los campamentos que rodean la ciudad de Antofagasta deberían reducirse paulatinamente. El tiempo, sin embargo, es el punto crucial. No es una solución de corto plazo y eso lo dejaron claro los convencionales en sus encuentros. Labbé, quien es profesor de historia y geografía, agradeció la instancia y el interés de los y las vecinas: «Estar acá nos da el sentido de este proceso constituyente, el porqué llegamos acá y redactamos lo que hoy existe en este borrador”.Δ