Nicolás Núñez Gangas es convencional por el distrito 16. Nació en Colchagua y a los ocho años migró al campo en Santa Cruz. Desde ahí que su conexión con el mundo rural, la descentralización y el medioambiente forman parte de su vida y hoy, de su quehacer político.
Este martes 26, en la ultima jornada de discursos de apertura de la CC, el convencional Núñez logró lo que pocos consiguen: destacarse en un grupo de 154 personas. Sorprendió al acercarse al podio con una guitarra y desde ahí explicó: «Tenía un discurso preparado, muy lindo, pero la verdad es que han hablado 120 personas antes que yo, así que he tenido que ir borrando ciertas cosas de mi discurso y al final no quedó nada».
Entre risas tomó su guitarra y cantó un vals campechano que hace referencia a los convencionales, al trabajo que están llevando a cabo y apuntó sus últimos versos a La Moneda: «Yo soy un constituyente/ no soy un delincuente/ Yo soy un constituyente/ el delincuente es el presidente».
El convencional conversó con Votamos Tod@s y explicó que todo fue parte de una intervención planificada con el objeto de «chasconear» los espacios de toma de decisiones.
-¿Efectivamente decidió cantar porque ya se habían hablado todos los temas que usted quería abordar?
«No, fue planeado. Quería hacer algo que comunicara más, un ejercicio de metacomunicación. Salirme del canon formal del podio porque creo que le hace mal al proceso que estamos llevando, que tiene que ser variopinto, alegre, tiene que expresar la culturalidad de cada uno de los constituyentes que está ahí. El discurso hace todo lo contrario, porque homogeniza y te pone en un podio. Por eso hablaba de chasconear y desformalizar los espacios de tomas de decisiones para que todos podamos estar en esos espacios. Hay muchas personas – y eso se repite en muchos lugares- que vienen del mundo de la ruralidad y cuando se meten en la política tienen que cambiar su forma de hablar, de manifestarse, de vestir porque se presta para burlas.
«Fue planeado. Quería hacer algo que comunicara más, un ejercicio de metacomunicación. Salirme del canon formal del podio, porque creo que le hace mal al proceso que estamos llevando».
En otros países pasa absolutamente lo contrario, se reivindica el acento. En España la gente es orgullosa del acento de donde viene: los gallegos en Galicia, los catalanes en Cataluña, etc. En Chile no pasa eso. Aún se relaciona el mundo de la ruralidad a un mundo inculto o ignorante y es absolutamente lo contrario. Yo pesco a un santiaguino y lo pongo arriba de un cerro y no sabe pa´ donde cortar», dice riendo.
-¿Cuál es el trasfondo de la canción?
«Se me ocurrió porque, por todo el plan de desprestigiar a la Convención, tenemos que innovar con nuevas formas de comunicar y comunicar mejor. Si uno pone a una persona en un podio a dar un discurso con un tono más bien plano y que repite muchas cosas leguleyas, a lo mejor no llega el mensaje. Pero si se pone alguien con guitarra a tirar la talla y a cantar una canción el mensaje llega. Por eso la canción termina así, no creo que el Presidente se querelle por una guaracha. Aparte, se ha hablado que la Convención quiere borrar tradiciones como el himno, las cuecas, el rodeo. Pero nuestras tradiciones desde la ruralidad son mucho más amplias y es una cosmovisión más amplia. Eso quería demostrar en verdad.
Las grandes instituciones en el mundo tienen jornadas de autocuidado, donde las personas que trabajan ahí se ríen, disfrutan, gozan, es un ejercicio para conocernos, bajar barreras y prejuicios. Por eso hay que trabajar las comunicaciones internas de la CC y los espacios comunes. Yo creo que fue pensado que no tuviésemos un comedor en la Convención porque ahí podríamos compartir con otra gente: uno conversa, habla, es un ejercicio democrático, pero no están esos espacios de comunicación interna, son escasos. Por eso quería reivindicar chasconearnos, conocernos, vernos y juntarnos con quienes piensen distinto. Porque las ansias de querer cambiarlo todo, también nos pueden dejar sin nada. Nuestro piso mínimo debería ser cambiar el capítulo de reformas de la Constitución para que en un futuro las nuevas generaciones no tengan que aguantar 30 años porque no hay manera de reformarla».
«Quería reivindicar chasconearnos, conocernos, vernos y juntarnos con quienes piensen distinto. Porque las ansias de cambiar todo, nos pueden dejar sin nada».
-¿De dónde vienes, cuál es la historia que no se contó en el discurso?
«A los ocho años me fui a vivir al campo, a un sector que se llama Rincón de Yáquil, cuando mi papá contrajo segundas nupcias. Ahí me adoptó la familia de mi mamá no biológica, pero mi mamá al final del día. En la ciudad donde vivíamos antes pasábamos hartas pellejerías; y cuando nos fuimos al campo nos dimos cuenta de que la riqueza venía de la tierra. Mi abuelo no tenía escolaridad básica completa, de hecho, sabía solo escribir su nombre como firma, pero sabía labrar la tierra, sabía matar un animal, sabía de cosecha, de siembra, hacer chicha, hacer un horno, carbón, de todo. La riqueza venía de ahí. Daba lo mismo la plata que uno tuviese porque las cosas se vinculaban a la pequeña agricultura rural campesina».
-¿Cómo fue tu salida de ese lugar para estudiar Derecho?

«Yo estudiaba en el campo en la Escuela Isla de Yáquil y terminé mi enseñanza media en el Liceo Santa Cruz. En ese momento, para ir del campo a la ciudad de Santa Cruz tomábamos una micro que se demoraba como una hora por unos caminos de tierra y llegábamos empolvados al colegio – dice entre risas-. Después di la PSU y de los once IV° medios que había, con 45 alumnos por curso aproximadamente, quedamos 50 en la Universidad: 25 en universidades tradicionales y los otros en privadas. Muchos ven eso como un logro pero, mirándolo en retrospectiva, me parece un fracaso. Porque no fueron 50 personas que llegaron y hay que celebrar; sino que hubo cientos que no llegaron. Y estudié en la Universidad de Talca porque nunca me gustó Santiago, por eso soy regionalista. Creo en los procesos de descentralización geográficos, administrativos, culturales, de poder y económicos. Creo en la autonomía de las regiones».
-¿Participaste en política en la universidad?
«Sí, fui parte de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Talca y después cuando me titulé llevé muchas causas sociales que afectaban a la población en San Fernando, defendí a profesores cuando no le pagaban sus sueldos, presenté querellas en contra del alcalde y también me he especializado en litigación medioambiental entonces he demandado a muchas empresas que le han hecho daño a la naturaleza en mi distrito. Por eso la gente me conoció».
«Estoy muy seguro de que la nueva Constitución va a ser ecológica, feminista y descentralizada».
-¿Cuáles son tus expectativas de la nueva Constitución y tu balance hasta ahora del proceso?
«El proceso va súper bien. En tres meses hicimos el reglamento. En las cosas que son transversales creo que estamos de acuerdo, entonces el avance va a ser más rápido. En las cosas en que hayan nudos hay que evaluar métodos de resolución de conflictos alternativos, como mediaciones para resolver estas trabas. Ahí aparecen los plebiscitos dirimentes que creo que le pueden dar más legitimidad al proceso. Los eco constituyentes hemos presentado muchas indicaciones que han sido aceptadas en el reglamento. Estoy muy seguro de que la nueva Constitución va a ser ecológica, feminista y descentralizada». Δ