Con llanto y reclamos, la coordinadora Adriana Cancino (Colectivo Socialista) recibió los resultados que obtuvo la propuesta de Preámbulo, en el Pleno deliberativo n°108 que se realizó hoy jueves 23 de junio. Su decepción fue tanta que incluso se restó de participar en el clásico punto de prensa tras la votación. El grupo de Preámbulo trabajó durante dos semanas para deliberar y votar un texto que para esta instancia plenaria final fue reducido a cuatro párrafos. Como todas las demás piezas que componen la propuesta, debía conseguir el quórum de 2/3 de los convencionales para pasar.
El texto se votó por párrafos y sólo el primero logró superar el corte, con 107 votos. Entre los 15 convencionales que componen la comisión existió en el origen un acuerdo bastante transversal, desde la centro derecha hasta la Coordinadora Plurinacional. Pero, en la cancha y con los colectivos operando más allá de la comisión y en un contexto dominado por un intenso debate sobre el apruebo y el rechazo, las cosas fueron diferentes.
Entonces, al final el Preámbulo del borrador solo tendrá esta frase:
“Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático”.
Los días previos a la votación se pudo notar la baja predisposición que se instaló para dar un OK a la propuesta completa, y el voto por separado complicó aún más el panorama. Como siempre, un sector consideró directamente que se trataba de un texto malo, al no tomar la historia del país o al derechamente funcionar con una visión separatista de quiénes somos las chilenas y los chilenos.
Colectivos como el Frente Amplio y el Socialista evaluaron dar el visto bueno al primer párrafo y también último que decía: «De esta manera, en ejercicio del poder constituyente, adoptamos la siguiente Constitución Política de la República de Chile«. Pero eso tampoco tuvo destino y, no solo eso, se instaló el convencimiento de no dejar pasar los otros dos. En especial el segundo.
En esa pieza se leía: «Considerando los dolores del pasado y tras un estallido social, enfrentamos las injusticias y demandas históricas con la fuerza de la juventud, para asumir esta vía institucional a través de una Convención Constitucional ampliamente representativa«.
Al final, ese párrafo fue el más rechazado. Tuvo solo 77 votos a favor y en contra votaron, por ejemplo, la convencional del PC Bárbara Sepúlveda, el ex coordinador de Sistemas de Justicia, Christian Viera, y una de las representantes de Independientes No Neutrales, Tammy Pustilnick. Agustín Squella (INN) y Marcos Barraza (PC) sencillamente no votaron.
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Desde la Comisión, criticaron que no era posible aprobar el texto de forma parcial ya que constituía una introducción integral y que, de ser separada, perdería su sentido. Inclusive, desde Independientes No Neutrales consideraron que era preferible no tener Preámbulo antes que incluir un texto inconexo. Mauricio Daza manifestó: «De los cuatro párrafos, el primero es el mejor logrado». El cuarto párrafo llegó a estar al borde: fue rechazado con 100 votos a favor. «Fue un error de cálculo», reconoció posteriormente la convencional Rosa Catrileo (mapuche).
«No es posible que un libro no tenga una antesala, que no tenga algo que decirnos. ¿Por qué este texto, que va a ser ejemplo para América, no tendría un Preámbulo? Apelo a que los ruidos que les hacen ciertos párrafos no eviten que esta propuesta se apruebe», afirmó emocionada la coordinadora Adriana Cancino al presentar el informe. «No crean que estas lágrimas son para convencerles. Trabajamos arduamente para hacer el Preámbulo y no quiero llegar a mi pueblo sin ese texto», añadió.
Para Jorge Baradit (Frente Amplio, ver nota abajo), integrante de la Comisión, el espíritu era similar: «Les pido a los convencionales que le permitan al país tener un Preámbulo. Puede que desde un punto de vista técnico sea prescindible, pero del punto de vista social, no lo es». El convencional afirmó que el modo de integrar al estallido social elegido en el texto «le entrega el necesario contexto al borrador constitucional, explica las profundas reivindicaciones y no glorifica al estallido social». Al final, Baradit terminó no votando ese párrafo.

Lissete Vergara (Coordinadora Plurinacional) manifestó: «Nadie puede negar que fue el estallido social el que nos tiene acá. Negar el párrafo 2 es tapar con un dedo la historia que nos tiene acá. Pensar en no aprobar es un despropósito». Pero, a pesar de ciertos anhelos, existía una visión negativa en integrantes de todos los colectivos, a quienes ese texto les parecía «octubrista», al apuntar solamente la importancia del estallido social, obviando otros procesos históricos: «Si bien el estallido sirvió para iniciar este proceso, antes existieron momentos que no están contemplados en el texto. El estallido fue sólo el final de una larga historia», comentó Isabel Godoy (colla), de la Coordinadora Plurinacional. Godoy, quien sí votó a favor del párrafo 2, argumentó que el Preámbulo no tenía «el sentir poético o narrativo que invitara a la ciudadanía a leer las normas».
En el caso del Frente Amplio, conglomerado del presidente Gabriel Boric, decidieron aprobar como colectivo pero otorgaron libertad de acción a los convencionales. La misma situación se vivió en el Colectivo Socialista. Para Chile Digno, en cambio, la salida fue presentar indicaciones aditivas: ninguna de las dos logró obtener el apoyo que necesitaba. En la derecha existieron divergencias, ya que el preámbulo tenía el beneplácito de RN a través de su representante en la Comisión, Raúl Celis, quien anticipó que si no se aprobaba sería «lamentable».
«Cómo negar que el estallido social, muy distinto a los hechos de violencia, buscó reivindicar causas que por tantos años quisieron visibilizarse. Fue una salida institucional para evitar más violencia o salidas revolucionarias». Raúl Celis (RN)
Ya en el debate previo a las votaciones, Celis destacó que la Comisión tuvo «el enorme mérito de crear acuerdos donde no existieron exclusiones políticas». Inclusive, el convencional de Vamos por Chile estuvo de acuerdo en mencionar al 18-O: «Cómo negar que el estallido social, muy distinto a los hechos de violencia, buscó reivindicar causas que por tantos años quisieron visibilizarse. Fue una salida institucional para evitar más violencia o salidas revolucionarias». Según Celis, si la propuesta se rechazaba respondía a que excepcionalmente no hubo «acuerdos políticos previos que comprometieran a los diversos colectivos, sino que simplemente la voluntad de los que participaron en ella».
La suya fue una visión única entre los personeros de su sector. Harry Jurgensen (RN) fue muy crítico: «El preámbulo contiene alusiones al pasado como si todo hubiera sido negro, doloroso e injusto. (…) Qué arrogancia desconocer la realidad». Pollyana Rivera (PR) dijo que en realidad este Preámbulo «es falso, ya que no fue un proceso participativo e inclusivo. Aquí se escuchó solamente a un determinado sector político y Vamos por Chile fue totalmente excluido».
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Desde una perspectiva global, es posible advertir que en América sólo cuatro países no consideran un preámbulo en sus constituciones: Chile, Uruguay, México y Guyana. De aprobarse el borrador de la nueva constitución, Chile podría ser el país en Latinoamérica con el preámbulo más corto en su Constitución.
El ejemplo más cercano es el de Estados Unidos, que en su Carta Magna de 1789 establece una visión muy breve (y famosa): «Nosotros el pueblo de Estados Unidos, en orden de formar una unión más perfecta, establecer justicia, asegurar la tranquilidad doméstica, proveer una defensa común, promover el bienestar general, y asegurar la bendición de la libertad y prosperidad, nos reunimos y establecimos esta Constitución de Estados Unidos de América». Aún así, ese párrafo es comparativamente más largo que el aprobado hoy.
«Estamos tristes porque pensamos que esta propuesta era coherente, reflexiva y que daba cuenta de la realidad. Tuvimos solo una oportunidad para realizar la propuesta y otra metodología nos habría permitido tener más adherencia. Aún así el primer párrafo es coherente y puede perfectamente iniciar el texto». Jorge Abarca, coordinador de Preámbulo
La decepción que dejó la jornada fue profunda para los integrantes de la comisión, ya que el texto de introducción debía identificar el pasado, presente y futuro desde donde se escribe el texto constitucional y muy poco de aquello quedó plasmado en el borrador. La metodología del informe fue criticada por Jorge Abarca (independiente), quien fue el otro coordinador de la comisión. Esperaban tener una segunda vuelta para hacer correcciones, tal como había sucedido con el resto de los informes de los grupos temáticos.
«Estamos tristes, porque pensamos que esta propuesta era coherente, reflexiva y que daba cuenta de la realidad. Tuvimos solo una oportunidad para realizar la propuesta y otra metodología nos habría permitido tener más adherencia. Aún así el primer párrafo es coherente y puede perfectamente iniciar el texto», finalizó el convencional.
Desde una perspectiva positiva, mirando el vaso medio lleno, los convencionales aseguran que tener en el Preámbulo la alusión a expresiones como «diversas naciones» y «proceso participativo, paritario y democrático», ya deja un buen precedente para futuras generaciones. Δ
El párrafo que forma parte del Preámbulo:
1. Nosotras y nosotros, el pueblo de Chile, conformado por diversas naciones, nos otorgamos libremente esta Constitución, acordada en un proceso participativo, paritario y democrático.
Los párrafos que no forman parte del Preámbulo:
2. Considerando los dolores del pasado y tras un estallido social, enfrentamos las injusticias y demandas históricas con la fuerza de la juventud, para asumir esta vía institucional a través de una Convención Constitucional ampliamente representativa.
3. En este contexto, hemos decidido mirar hacia el futuro con esperanza y cambiar nuestro destino sin importar el origen, la condición o las creencias de cada cual, para construir una sociedad justa, consciente de su relación indisoluble con la naturaleza, amenazada por la crisis climática, que promueva una cultura de paz y diálogo, con un compromiso profundo por los derechos humanos, la justicia, la igualdad y la libertad.
4. De esta manera, en ejercicio del poder constituyente, adoptamos la siguiente Constitución Política de la República de Chile.
Jorge Baradit accedió a la Convención Constitucional como independiente con un cupo del Partido Socialista. El 1 de febrero de este año anunció su renuncia a ese Colectivo de la C, apuntando a «las votaciones y normas presentadas por los integrantes del movimiento en el organismo».