Patricia Politzer representa al distrito 10. Entró a la Convención con una candidatura por la lista Independientes por la Nueva Constitución y pertenece al movimiento Independientes No Neutrales. Forma parte de ese grupo de convencionales que, de alguna manera, uno conoce porque el suyo es un nombre que ha escuchado no una sino muchas veces. También es de esas personas que se ven en la tele.
Eso pasa porque Politzer es una destacada periodista. Estudió en la Universidad de Chile y a sus 69 años ha sido parte del diario La Época y de la revista Hoy; estuvo en El Diario de Cooperativa, fue directora de prensa de TVN y también presidenta del Consejo Nacional de Televisión (CNTV). Ha escrito ocho libros y tiene premios por su trayectoria: el Monseñor Óscar Romero en 1992, que reconoce la promoción y educación de los derechos humanos; y el Lenka Franulic en 2017. También fue integrante del directorio de Educación 2020, consejera de Comunidad Mujer, socia del Colegio de Periodistas y de la Sociedad de Derechos de las Letras.
«No existía absolutamente nada respecto a esta institución tan importante que es la CC. Cuando hablamos de nada, hablamos de que no existía desde un computador hasta un basurero, literalmente».
Hoy, como convencional, cree que hasta el momento el trabajo va bien. Reconoce, eso sí, que se han cometido errores comunicacionales que han mermado la visibilización del trabajo que se hace. Dice estar consciente de la campaña de desinformación que sufre la Constituyente, pero cree que en esta nueva etapa, cuando toca discutir de normas constitucionales, contarán con un sistema más robusto que les permitirá contrarrestar esta campaña.

-¿Cuál es su evaluación del liderazgo de la mesa directiva de la Constituyente y a qué convencionales proyecta para la próxima mesa que se elige en enero?
«Hay conversaciones muy preliminares en relación a la próxima mesa. Me da la impresión que a la espera del resultado electoral que, sin duda, hará cambiar todo el contexto político del país. Dependerá de uno u otro presidente electo.
En cuanto a la mesa que presiden Elisa Loncon y Jaime Bassa, creo que han hecho un trabajo extraordinario a partir de la nada. No se puede evaluar sin tener claro que cuando llegamos el 4 de julio y la mesa fue elegida, no existía absolutamente nada respecto a esta institución tan importante que es la CC. Cuando hablamos de nada, hablamos de que no existía desde un computador hasta un basurero, literalmente. Entonces, si uno mira en esa perspectiva, no se puede sino aplaudir muy calurosamente el trabajo de la mesa, más allá de cualquier error. Sin duda se han producido varios durante seis meses y es completamente normal».
«No se puede sino aplaudir muy calurosamente el trabajo de la mesa».
-¿Cuáles son los caminos de la Convención, según el presidente que se escoja este domingo 19?
«No es muy difícil imaginar que el trabajo de la Convención va a ser distinto si tenemos un presidente como Gabiel Boric. Siempre ha estado a favor del proceso constituyente, incluso fue uno de los firmantes del acuerdo del 15 de noviembre que marcó el inicio de este camino institucional que eligieron los chilenos y chilenas para salir de la profunda crisis política y social en la que estamos. Y por otro lado habría un presidente que fue uno de los líderes del rechazo, que no quería que este proceso constitucional, que le gustaba la Constitución de Pinochet y que quería mantenerla. Es evidente que una posición va a favorecer y fortalecer el trabajo de la Convención y la otra implica más obstáculos de los que ya hemos tenido con el gobierno actual para avanzar».
-¿Cómo evalúa el apoyo del gobierno central en comparación con los gobiernos regionales y municipios? ¿Es muy distinto?
«Sí, pero el gobierno central ha ido entendiendo que es su obligación apoyar el trabajo de la CC. Lo cierto es que si uno va a los gobiernos regionales y a los gobiernos locales son muchos los gobernadores y los alcaldes que han apoyado el trabajo de los constituyentes en conversatorios, en cabildos, en reuniones. Y muchos alcaldes han definido su comuna como constituyente. Gracias a la mesa la relación entre la Convención y el gobierno central ha ido mejorando».

-Como periodista, ¿le parece que el proceso se ha comunicado bien?
«Para nada».
-¿Cómo se mejora eso?
«Tal como dijo la presidenta Loncon, una de nuestras debilidades como Convención ha sido la comunicación. Es deficitaria. Pero esto también tiene que ver con la falta de apoyo inicial. Teníamos una periodista a la que hay que sacarle el sombrero: Margarita Cereceda, que viene de la Cámara de Diputadas y Diputados, y que ha llevado el peso de esto durante los primeros meses. Afortunadamente, en las últimas semanas se logró establecer una secretaría de comunicaciones como corresponde. Por lo tanto, eso ha ido mejorando y espero que en esta segunda etapa de la Convención, cuando ya estamos de lleno en el trabajo propiamente de redacción de la nueva Constitución, la comunicación sea lo más eficiente y oportuna posible. De hecho, hemos hablado mucho de la participación de la ciudadanía, pero no pueden participar si no tienen suficiente información y sobre todo educación cívica sobre lo que está ocurriendo».
«Es evidente que ha habido una fuerte campaña de desinformación, mala información y distorsión del trabajo de la Convención».
-¿Cómo interfieren las campañas de desinformación y las fake news? Se acusa mucho a la derecha como responsable de esos fenómenos. ¿Usted secunda esa idea?
«Es evidente que ha habido una fuerte campaña de desinformación, mala información y distorsión del trabajo de la Convención. Cuando uno está en terreno, la gente se sorprende cuando le dices que muchas comisiones trabajaron hasta la madrugada para sacar el reglamento en un tiempo bastante récord. Te dicen: ‘Nunca vimos eso’. Nunca se vio. Hemos tenido polémicas totalmente absurdas y que no tienen ningún anclaje en la realidad, como cambiar la bandera o los símbolos patrios. Eso es directamente una mentira, jamás ha estado en el debate. Tampoco hemos debatido hasta ahora la libertad de enseñanza y que se vaya a terminar la libertad que tienen los padres sobre decidir la educación de sus hijos. Hemos visto muchos debates que afectan y llegan a la opinión pública distorsionando claramente el trabajo de la Convención y eso no es casualidad. Tiene el objetivo de desprestigiar para llegar a un rechazo de la nueva Constitución, lo que a mi juicio sería gravísimo».
«Hemos visto muchos debates que afectan y llegan a la opinión pública distorsionando claramente el trabajo de la Convención y eso no es casualidad. Tiene el objetivo de desprestigiar para llegar a un rechazo de la nueva Constitución, lo que a mi juicio sería gravísimo«.

-Ese daño es el que se le hace al proceso pero, ¿cuál es el daño que se le hace a la ciudadanía con estas campañas?
«Estas campañas llevan a la ciudadanía a tomar decisiones equivocadas. Esto no es nada nuevo en nuestro país. Ocurrió con el Brexit, en Inglaterra. Las personas que habían votado decían que nunca supieron las consecuencias. La desinformación es un fenómeno gravísimo, que los medios tienen la obligación de contrarrestar y no fomentar, como ocurre con algunos de nuestros medios de comunicación».
-¿Qué debería decir la Constitución sobre el derecho a la información y la prohibición de la desinformación?
«Desgraciadamente las fake news no se van a terminar con una censura. Lo que constitucionalmente tenemos que hacer es asegurar el derecho a la comunicación en todos los niveles y asegurar la mayor libertad de expresión posible. Porque sin la libertad de expresión todos los otros derechos empiezan a estar en riesgo. Además, cómo podríamos alegar y protestar cuando un derecho se está vulnerando si no tenemos libertad de expresión».
– En cuanto el negacionismo, ¿tiene una expectativa similar a la experiencia alemana, por ejemplo? Allí no se puede negar la existencia del holocausto.
«Yo soy judía y conozco muy personalmente el dolor que produce el negacionismo. Sin embargo, no estoy de acuerdo con sancionar. La forma de enfrentar el negacionismo es la educación y el debate público. Si en todas las escuelas de Chile enseñáramos a nuestros jóvenes sobre el Informe Valech, sobre el Informe Rettig, sobre el informe de Nuevo Trato con los Pueblos Indígenas, probablemente el negacionismo no tendría cabida en nuestra sociedad. Sí estoy a favor de sanciones drásticas a los discursos de odio, porque llevan a la violencia y directamente a la destrucción del otro y de la sociedad».
«Yo soy judía y conozco muy personalmente el dolor que produce el negacionismo. Sin embargo, no estoy de acuerdo con sancionar».
-¿Qué debería pasar con la televisión pública y el Consejo Nacional de Televisión en la nueva Constitución?
«Tengo muy claro, antes de cualquier debate, que debemos tener un sistema de medios públicos más allá de la televisión. En el siglo XXI, no podemos separar la televisión de internet. Los medios son híbridos y en un país como el nuestro se requiere un buen sistema, uno potente, de medios públicos. Respecto al Consejo Nacional de Televisión habría que ver bien si es que corresponde hoy, en el siglo XXI, tener uno. Yo, básicamente, (cuando fue presidenta) puse el foco en la promoción de una televisión de calidad, de fondos concursables, para que justamente la programación que llegue a todos los chilenos y chilenas que ven televisión abierta sea cada vez mejor. Entonces un CNTV que fomenta la producción de calidad me parece que puede tener un rol, pero en ningún caso un rol censor o controlador». Δ