Hace más de seis meses se realizó la primera sesión de la Comisión de Derechos de Pueblos Indígenas. Sus 25 integrantes, 16 de escaños reservados y el resto del “pueblo chileno”, iniciaron su trabajo con un propósito: Realizar una Consulta Indígena. Este proceso tiene una historia de reconocidos tropiezos, como la escasa participación que alcanzó y los cuestionamientos en torno a su práctica y financiamiento.
Doce semanas de trabajo y despliegue territorial le dieron vida a un documento de 265 páginas, donde 7.549 personas provenientes de diversas comunidades indígenas plasmaron sus demandas. De dicho documento, la Comisión elaboró 38 artículos que presentaron al Pleno, aunque demasiado tarde: Al menos 19 de las normas en el informe ya eran parte del borrador constitucional, pero sin la esperada perspectiva indígena. Inclusive los mismos escaños reservados se abstuvieron o derechamente rechazaron enunciados ya discutidos y votados por otras comisiones temáticas. Así, solo uno de los 38 artículos pasó la barrera y llegó a la propuesta para una nueva Carta Fundamental: el respeto a las cosmovisiones.
¿Cuál fue entonces la finalidad de la Consulta Indígena? La respuesta a esa pregunta se esperaba responder hoy, en la segunda y última oportunidad para presentar artículos reformulados ante el Pleno por parte de la Comisión de Pueblos Originarios. De las 37 propuestas iniciales que quedaron pendientes, la Comisión eliminó, fusionó y creó nuevas normas para terminar con un documento de 14 artículos que abordan temáticas como la plurinacionalidad, la trashumancia, los derechos lingüísticos, la herencia cultural indígena, entre otros.

Nuevamente se dio el problema de duplicidad de normas: en el borrador ya hay 44 artículos relativos a los derechos indígenas, que han hecho a la derecha afirmar que éste es un borrador indigenista. El artículo 1 de este informe, sobre Principio de la Plurinacionalidad, está en tres normas aprobadas, apuntando a los territorios, la justicia y el Estado. El derecho al agua en el apartado 19 también había pasado al borrador como “Derecho humano al agua y al saneamiento” por la Comisión de Derechos Fundamentales. Los derechos lingüísticos están aprobados, y la educación con enfoque intercultural. A estos casos se suma el derecho a la salud intercultural tradicional ya suscrita en el proyecto de Constitución. Sin ir más lejos, el inciso ocho del informe de Derechos Fundamentales aprobado ayer establece: «Los pueblos y naciones indígenas tienen derecho a sus propias medicinas tradicionales, a mantener sus prácticas de salud y a conservar los componentes naturales que las sustentan. El Sistema Nacional de Salud reconoce, protege e integra estas prácticas y conocimientos como también a quienes las imparten, en conformidad a esta Constitución y la ley».
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«Se infringe el Reglamento por cuanto se vuelve a proponer una norma que ya había sido definitivamente desechada del debate constitucional, cuyas vías válidas de aprobación ya se habían agotado». Katerina Montealegre, por un artículo nuevo que abordaba educación sexual
Era esperable para los convencionales de la Comisión que la mayor parte de los artículos fueran rechazados nuevamente. Desde el Frente Amplio e Independientes No Neutrales las normas que habían acordado respetar eran solamente las que no tenían contenidos duplicados. Principalmente, el derecho a la trashumancia, el reconocimiento del genocidio indígena, de tratados históricos y la «protección especial de niños, niñas, mujeres y personas con discapacidad pertenecientes a pueblos indígenas». El revés fue profundo, ya que ninguna de esas normas logró pasar el filtro de 103 votos, con abstenciones y rechazos de todos los colectivos de izquierda e independientes.
Además de las críticas sobre la legitimidad del proceso de Consulta, en este último debate se dio otra controversia, esta vez relacionada con un artículo en específico. Al final del informe, la Comisión agregó una nueva norma que propone: “Es deber del Estado garantizar el ejercicio pleno del derecho a la educación sexual integral de forma progresiva durante el curso de la vida, a través de políticas públicas basadas en evidencia científica y con pertinencia cultural”.
Para los colectivos conservadores, las normas relacionadas a educación sexual no son materia de la Comisión de Pueblos Originarios y acusaron: «Se infringe el Reglamento por cuanto se vuelve a proponer una norma que ya había sido definitivamente desechada del debate constitucional, cuyas vías válidas de aprobación ya se habían agotado». Katerine Montealegre (UDI) manifestó además que «se utiliza, manipula y aprovecha a los pueblos indígenas y sus causas para tratar materias que son ajenas a los pueblos indígenas y sus causas».
Este reclamo se envió como un oficio a la Mesa Directiva. Veintiséis convencionales de derecha indicaron que ese inciso ya había sido rechazado por 102 votos (de 103 necesarios) en la comisión de Derechos Fundamentales. Denuncian que esta maniobra no sería nueva: colectivos de izquierda ya han sido acusados de ingresar indicaciones en Sistemas de Justicia para reponer, por ejemplo, la idea de que los diputados puedan insistir por sobre la Cámara de las Regiones. Este último órgano debe sólo ser revisado por la Comisión de Sistema Político, instancia que ya culminó sus plenos en la CC.
Wilfredo Bacian, coordinador de la Comisión de Pueblos Indígenas, respondió que la materia «claramente no es parte de los contenidos que surgieron de la Consulta Indígena, pero algunas personas lo ingresaron como indicación y se aprobó». Tanto Lidia González (yagán) como Isabella Mamani (aymara) explicaron que la aprobaron en la comisión pues la entendieron como «derechos reproductivos para las mujeres con un enfoque intercultural».
Los integrantes de la Coordinadora Plurinacional y Popular se defienden de la acusación de maniobra política. La convencional que agregó dicho artículo fue Giovanna Grandón, quien argumentó que esas medidas se están aplicando en todos los informes «para que las normas rechazadas en otros Plenos no se pierdan».
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En un Pleno semi desierto, las 14 normas se votaron en sólo media hora. Ni una sola logró entrar al borrador constitucional y con esto se coronó el fracaso de la Consulta Indígena como proceso directo de participación. La coordinadora Margarita Vargas (kawésqar) ya no estaba en el ex Congreso y fue el coordinador Wilfredo Bacian (quechua) quien conversó con el resto de la comisión para orquestar el esperado punto de prensa, dar sus impresiones y relatar la decepción.

A diferencia de todos los otros Plenos, muy pocos convencionales quedaban en el edificio y los que aún rondaban los pasillos estaban volcados en discutir las normas del Pleno de mañana, sobre Sistemas de Justicia. Los resultados de hoy son difíciles de interpretar, incluso para los pueblos: a pesar de que entendían que algunos artículos estaban duplicados, sentían la seguridad de obtener al menos cinco derechos entre los propuestos hoy.
«El sentimiento que me embarga como coordinador es de frustración, de impotencia, de muchas cosas que no esperábamos. Muchos actores dijeron ser aliados pero hoy no estuvieron a la altura». Wilfredo Bacian (quechua)
Diez minutos después de finalizar el Pleno, los integrantes de la comisión de Pueblos Originarios salieron a entregar sus declaraciones. Bacian, muy dolido, dijo: «El sentimiento que me embarga como coordinador es de frustración, de impotencia, de muchas cosas que no esperábamos. Muchos actores dijeron ser aliados pero hoy no estuvieron a la altura». La representante mapuche Natividad Llanquileo agregó: «Evidentemente hay mucha decepción, rabia e impotencia porque cuando votan en contra de los derechos de los pueblos no votan en contra de nosotros los escaños, sino que se le está dando la espalda a los pueblos originarios».
La evidente desilusión de los escaños fue acompañada por las críticas a los sectores de izquierda que fueron calificados como los responsables de que el informe de hoy no tuviera siquiera una norma ingresada. Con notable malestar, Isabel Godoy (coya) indicó: «Yo no estoy nada sorprendida de lo que pasó. Hoy llegaron con una posición acordada desde los colectivos, con los votos divididos sobre quién iba a rechazar o abstenerse para que se cayera el informe».
«Lo que molesta es que te peguen una puñalada por la espalda, la hipocresía, pero no del sector del rechazo, sino que de las otras fuerzas políticas. Todos ellos dan discursos hermosos en el Pleno y luego se abstienen». Isabel Godoy (colla)
Bacian explicó que en la Comisión de los Pueblos Indígenas existen convencionales de varios colectivos de izquierda. Desde ahí los acuerdos por aprobar eran seguros. Para los escaños, este desfavorable resultado es «una traición». Godoy sentenció: «Lo que molesta es que te peguen una puñalada por la espalda, la hipocresía, pero no del sector del rechazo, sino que de las otras fuerzas políticas. Todos ellos dan discursos hermosos en el Pleno y luego se abstienen. Se abstienen como cobardes cuando quieren que un artículo caiga».
Ahora, a pesar de los 44 artículos relativos a los derechos indígenas que hay en el borrador, los escaños expresan preocupación por el futuro de estas propuestas. Las tres comisiones vigentes, que finalizarán el trabajo pendiente en la CC y que son Normas Transitorias, Armonización y Preámbulo, ya eligieron a sus coordinadores. Ninguno de ellos pertenece a los escaños reservados. Este hecho complica a los pueblos. Llanquileo afirmó: «Corre un fuerte rumor de que los derechos de los pueblos serían recortados».
«Cuando nos instalamos acá éramos el plato fuerte, pero hoy lo que quieren es que nos desaparezcamos». Eric Chinga (diaguita)
La visión de Eric Chinga (diaguita) es que la predisposición a cumplir con las demandas de los pueblos originarios ha cambiado radicalmente desde que comenzó la CC: «Cuando nos instalamos acá éramos el plato fuerte, pero hoy lo que quieren es que nos desaparezcamos», indicó el integrante de la Coordinadora Plurinacional.
El proceso de Consulta Indígena en su totalidad pudo ingresar un sólo artículo en su primer informe: identidad e integridad cultural, que pasó por 107 votos a favor, 9 en contra y 8 abstenciones. Estos resultados dejan a los pueblos «en alerta» frente a lo que pasará en los próximos dos meses que le restan a la Convención. Dicen haber verificado hoy que el respaldo de los otros colectivos políticos no existe. «Hoy ganó la campaña del terror, las alusiones al indigenismo. Nos han atacado de la forma que han querido, pero hemos tenido que lidiar con eso toda nuestra vida. Ahora no queremos que las futuras generaciones tengan que afrontar las mismas discriminaciones», expresó Llanquileo.
«Hoy ganó la campaña del terror, las alusiones al indigenismo. Nos han atacado de la forma que han querido, pero hemos tenido que lidiar con eso toda nuestra vida. Ahora no queremos que las futuras generaciones tengan que afrontar las mismas discriminaciones». Natividad Llanquileo.
Bacian aseguró que estarán trabajando en el futuro, para que no se recorten los derechos ya ganados. Y, si consideran que alguno se llega a transgredir en su fondo, no descartan «buscar medidas judiciales en contra de la Convención para que se respete lo que hemos ganado durante todo este tiempo». Δ