La comisión de Sistema Político demoró una semana en forjar el acuerdo para establecer las atribuciones de los poderes Ejecutivo y Legislativo en el reemplazo de su primer informe. Luego del duro revés que sufrió en su primer informe ante el Pleno, el 18 de marzo, no les quedó otra que sentarse a construir un acuerdo transversal. ¿La idea? Que los artículos logren superar los 2/3 y ojalá más. El grupo entregó anoche, en el plazo justo, un nuevo documento. Entre los acuerdos destacan el presidencialismo atenuado, sin una figura que acompañe al presidente, y el bicameralismo asimétrico, con una segunda cámara regional que tiene atribuciones legislativas específicas.
Firmaron el documento 17 convencionales, que abarcan desde representantes del Colectivo Socialista, Frente Amplio, Chile Digno, Independiente No Neutrales, Movimientos Sociales Constituyentes, Pueblo Constituyente y la Coordinadora Plurinacional. La derecha, que participó de toda la mesa de negociaciones, no firmó. Pero sí son parte del acuerdo y votarán a favor de las normas que «les hagan sentido».
Uno de los temas que mantuvo la tensión hasta el final es la institucionalización de los movimientos políticos sociales. En el documento de 23 páginas que se entregó se habla de «organizaciones políticas», sin explicitar si se trata de partidos o de movimientos. «Las organizaciones políticas son entidades públicas no estatales, de carácter voluntario, que concurren a la formación de la voluntad popular», dice parte del texto.
«El tenor siempre ha sido con la disposición de llegar a acuerdos, eso yo lo destaco. Hay un ánimo de colaboración en todos los que nos mantuvimos en la mesa de acuerdos». Rosa Catrileo (pueblo Mapuche).
Finalmente, no tuvo una definición categórica: al Pleno llegarán indicaciones sobre este punto y también se acordó que haya otras definiciones al respecto que serán materia de ley. La discusión pasa esencialmente porque los movimientos no queden completamente a la deriva o libres, dado que la falta de articulación podría abrir fácilmente la atomización de las demandas populares. Algunos observadores añaden que esta desarticulación podría, además, abrir la puerta a experimentos políticos o a autocracias. En ese sentido, se piensa que los partidos políticos y su capacidad de articular acuerdos aportan un claro factor de estabilidad en el sistema.
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El camino para llegar a este acuerdo fue muy tortuoso. Desde el miércoles pasado que se sostuvieron reuniones con la presencia de todos los colectivos, con el objetivo de entregar un informe de reemplazo que logre los 2/3 en el Pleno. La coordinadora Rosa Catrileo (pueblo Mapuche) destaca el tono de estas reuniones: «El tenor siempre ha sido con la disposición de llegar a acuerdos, eso yo lo destaco. Hay un ánimo de colaboración en todos los que nos mantuvimos en la mesa de acuerdos».

Cristian Monckeberg (RN) advierte que hay muchas diferencias en la comisión. Añade que su sector sigue sintiéndose como una minoría, pero reconoce que «existe un ambiente de respeto y se ha hecho un esfuerzo genuino por tener un sistema político que funcione y que sea coherente, porque lo que salió anteriormente era desordenado y con reseñas a normas que no existían». El ex ministro de Vivienda y Urbanismo de Sebastián Piñera revela el cambio de rumbo que ha tomado la comisión al decir que participar de estas reuniones «es algo inédito porque hasta hace dos semanas no se nos invitaba».
El ciclo de reuniones fue valorado ampliamente por todos los sectores, pero no bastó para que algunos convencionales se marginaran. El primero en desistir de las conversaciones fue Renato Garín. El primer día en que la comisión se reunió en esta mesa de trabajo Garín dijo que no participaría, dada la distancia que existe con la coordinación y los liderazgos políticos dentro de la instancia. El viernes Fuad Chaín (Lista del Apruebo) afirmó que suspendería su participación en las negociaciones porque la comisión «pretende insistir con la misma fórmula que se presentó al Pleno. Esto no funciona, no hay posibilidad de mejorar la calidad de la democracia».
Chahín volvió al ex Congreso para sentarse con sus compañeros a seguir avanzando en el diálogo, aunque tenía una idea en mente: pidió que las normas sobre Derechos Fundamentales fueran votadas por la Cámara Legislativa de las Regiones, además de la Cámara de Diputados y Diputadas.
Su ausencia, sin embargo, duró poco. El sábado 26, Chahín volvió al ex Congreso para sentarse con sus compañeros a seguir avanzando en el diálogo, aunque tenía una idea en mente: pidió que las normas sobre sobre Derechos Fundamentales fueran votadas por la Cámara Legislativa de las Regiones, además de la Cámara de Diputados y Diputadas.
Pero pasó que Chahín se ausentó de la reunión por una hora, que fue el lapso en que la comisión discutió ese punto y acordó -de manera transversal- que esos derechos fuesen tramitados, igual que todas las leyes, solamente a través del Congreso Nacional, que equivaldría a la actual Cámara de Diputados y Diputadas. El ex diputado DC, al retomar la reunión, puso el punto en tabla pero ya era muy tarde: de izquierda a derecha le dieron la negativa y, al escuchar la respuesta, se fue de la sala tras afirmar no tener nada más que hacer allí.

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Las ausencias no impidieron el avance del acuerdo y la comisión logró una nueva propuesta de Sistema Político para presentar al Pleno. En ella se consagra el bicameralismo asimétrico, que fue rechazado por el Pleno en el informe anterior. Para asegurar los 2/3, la comisión decidió aumentar las atribuciones de la Cámara Legislativa de las Regiones, que será la instancia que reemplace al actual Senado en la propuesta. En el primer informe, esta Cámara regional tenía 13 atribuciones y ahora tiene 17.
Durante la tarde Marcos Barraza (Chile Digno por el PC) aseguró que las reuniones han rendido frutos: «Tenemos en lo estructural y en detalle una propuesta de sistema legislativo que conserva el carácter asimétrico en términos de bicameralismo y mantiene un listado taxativo de la Cámara de las Regiones y le otorga las atribuciones de cámara política al Congreso de Diputadas y Diputados».
La nueva idea de bicameralismo asimétrico le da a la Cámara Regional 17 atribuciones. Entre ellas, en la gestión político-administrativa de las regiones, la administración de órganos regionales, el voto en el presupuesto de la Nación y las reformas constitucionales en órganos regionales.
Hasta ahora, la Cámara Regional tendría atribuciones en la gestión político-administrativa de las regiones, la administración de órganos regionales, el voto en el presupuesto de la Nación y las reformas constitucionales referidas a órganos regionales. La labor de la Contraloría y el Servel aún están en conversaciones.
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Otro acuerdo al que se llegó fue el presidencialismo atenuado. La estrategia del primer informe constaba de una segunda figura paralela al presidente de la República: un ministro de Estado o un Vicepresidente. Pero ninguna opción prosperó, dado que el acuerdo más común era la segunda opción de cada colectivo: dejar solamente la figura del presidente. Al respecto, Monckeberg dice que luego de muchas conversaciones no hubo humo blanco: «En el sistema presidencial se acordó seguir como es hoy, porque no hay una postura clara de quién puede acompañar. Frente a eso, lo salomónico: seguir con lo que hay hoy día».
¿Cómo se concibe un presidencialismo atenuado sin estas figuras que repartían atribuciones? Los convencionales de la comisión explican se intentará diluir el poder del presidente -un tema muy criticado en la actual Constitución- a través de la misma institucionalidad; es decir, a través de las regiones y en el Poder Legislativo.
«No hay que dejar que la atención que ha concentrado la resolución del problema respecto del Ejecutivo oscurezca todo lo que hemos avanzado en lo que respecta al Poder Legislativo. En eso creo que va a ser una institucionalidad diseñada de un modo que pueda asegurar su eficacia». Fernando Atria (D10)
Fernando Atria (FA) explica que, si bien no se llegó a acuerdo en alguna figura, es importante reconocer que hay consenso y que el diseño institucional entregará la garantía de un presidencialismo atenuado: «No hay que dejar que la atención que ha concentrado la resolución del problema respecto del Ejecutivo oscurezca todo lo que hemos avanzado en lo que respecta al Poder Legislativo. En eso creo que va a ser una institucionalidad diseñada de un modo que pueda asegurar su eficacia». Otra novedad de la propuesta fue la consagración del voto obligatorio desde los 18 años y será voluntario para las personas de 16 y 17 años.
El camino al acuerdo estuvo entorpecido por los gajes del oficio. La comisión debate primero, luego escribe el informe sobre la marcha y después revisan todas las palabras que van en el texto. A veces están media hora discutiendo detalles que no anticiparon.
Y el nudo estuvo hasta las últimas horas en los mecanismos de constitución y participación política de los movimientos sociales.

Los partidos políticos están en contra de consagrar la participación de los movimientos sociales de manera institucionalizada, dado que -explican- se atomizarían las demandas populares a un nivel extremo e iría en contra de un principio de colectividad. Pero los convencionales que provienen de movimientos sociales insisten en proyectar estas organizaciones en la institucionalidad, dado que los requisitos para entrar en los órganos estatales y las elecciones no hacen justa la competencia entre un candidato de un partido político versus alguien independiente.
En la llamada «sala de máquinas» del borrador constitucional las negociaciones seguirán. El plazo para entregar este informe al Pleno es hasta el 3 de abril; es decir, aun hay días para ver cuáles y cuántos son realmente los frutos de las conversaciones. Δ