El dato es decidor: en todo el articulado que hasta ahora el Pleno de la Convención Constitucional ha aprobado de la Comisión de Sistemas de Conocimientos, Culturas, Ciencia, Tecnología, Arte y Patrimonio hay solo una mención a la palabra «ciencia» y dos a «las ciencias». Así lo refleja una nube de palabras que VT Noticias realizó como un ejercicio para acercarse al trabajo de la instancia, que en este momento coordinan Malucha Pinto (PS) y Carolina Videla (Apruebo Dignidad por el PC). A cambio, los conceptos que mayor presencia tienen son culturas, derechos y Estado.
Desde un comienzo la 7 fue conocida como «la Comisión del Futuro», porque su mandato es abordar temáticas nuevas y contemporáneas, como bioética, culturas, patrimonio, neurodiversidad, derecho a la comunicación social, desarrollo científico y derechos digitales, entre otras. Una tarea gigantesca que ha pasado penurias en los tres Plenos a los que la comisión ha llegado con sus propuestas: solo 30 de sus artículos han pasado al borrador. Es la segunda con menos presencia en la propuesta de texto constitucional.
«Parece que los convencionales están más preocupados por justicia y régimen político, que por las ciencias y las humanidades».
Además de los números, hay percepciones y gestos. Existe una sensación en la propia Sistemas de Conocimiento respecto a cómo son recibidos sus temas: «Parece que los convencionales están más preocupados por justicia y régimen político, que por las ciencias y las humanidades», comenta una integrante de la comisión.
El desconocimiento y -peor aún- el desinterés que gran parte de la Convención estaría reflejando ante las temáticas de Sistemas de Conocimientos sería uno de los principales factores que inciden en este ambiente. Por citar dos ejemplos: los Plenos de esta comisión tienen menor convocatoria que los otros y en muchos casos la reflexión sobre las propuestas no se realiza hasta que las votaciones están en curso.
Internamente también se identifican otras trabas al proceso. Por ejemplo, se reclama la insistencia de la comisión en ciertas temáticas que es casi imposible que pasen el filtro de los 154. Un caso es el «derecho al cuerpo», principalmente reivindicado por la coordinadora Pinto. El precepto decía: «Artículo 25. Derecho al desarrollo de la corporeidad. El Estado garantiza a todas las personas el derecho a conocer y disfrutar su corporeidad, desarrollando este conocimiento conforme a su cultura y creencias, generando las condiciones para su ejercicio«. Fue rechazado en el Pleno.
Otras críticas hablan de «maximalismo» y de tener una fijación en ciertos asuntos en desmedro de otros. Hay una especie de «letra chica», explica un asesor, que no se ajusta a una propuesta constitucional. Un caso fue la propuesta para proteger el arte callejero en específico, dejando de lado otros artes o el arte en general. Otro fue articulado que incluía «prohibir el uso del concepto de artesanía en productos industriales”.
Tampoco avanzó una propuesta que se refería al «derecho a la desobediencia civil» planteada «contra una autoridad que estuviere incumpliendo con lo establecido en esta Constitución o estuviere vulnerando los derechos humanos reconocidos en esta Constitución o en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, sin cumplir con lo establecido en la ley, o hubiere usurpado las funciones públicas«. Entre otras críticas, se explica que este tema no es materia de esta comisión.
”Estamos en una comisión que toca temas que la gente desconoce, son temas de punta que en su gran mayoría los convencionales ignoran. La cultura y las ciencias son difíciles de entender». Malucha Pinto, coordinadora
****
”Estamos en una comisión que toca temas que la gente desconoce. Son temas de punta, que en su gran mayoría los convencionales ignoran. La cultura y las ciencias son difíciles de entender (…) pertenece a un Chile que viene. Mientras que en el mundo la innovación y las ciencias siguen avanzando, aquí hay un bloqueo al respecto», argumentó la coordinadora Pinto este miércoles 20, en el punto de prensa posterior a la votación del tercer informe. Frente al escaso resultado en ese Pleno, la actriz se esforzó en destacar el avance de la propuesta de apoyo al libro y a la lectura.
En la misma instancia, Cristina Dorador fue enfática en contestar a las críticas sobre la «mala redacción» que se atribuye a algunos artículos: «Hay un ánimo de rechazar en el Pleno, pero igual hemos avanzado. Sabemos que en algún momento pudieron existir normas mal redactadas y se enmendaron. Pero de ahí a decir que todo se reduce a eso raya en la falta de respeto. No solo con nosotros, sino que también con nuestros equipos y las personas que estuvieron detrás de este trabajo». Pinto explicó que en la comisión hay abogados: «Somos asesorados y no son temas que se nos ocurrieron a nosotros. Aquí hay equipos y un gran trabajo detrás. A veces cuando se desconoce algo, simplemente se critica».
Desde la derecha hay un convencional que integra esta comisión, que tiene conocimiento del tema porque es abogado y experto en dramaturgia política y que manifiesta sus reparos. Es Ricardo Neumann (UDI): «Uno ya esperaría que el desempeño de esta comisión esté a la altura”, comentó cuando ya estaba claro que el tercer informe no tendría buenos resultados.
Neumann fue muy crítico en el primer informe, cuando la mayoría de centro izquierda concordó sin tener en cuenta a su sector un texto que fue duramente tratado por el Pleno. En esa etapa la comisión era coordinada por Ignacio Achurra (partido Convergencia Social) y Dorador.
En cada debate en el hemiciclo, Neumann enumera las dificultades que presentan los informes y califica las normas de maximalistas, poco realistas y mal orientadas al carácter constitucional. Su última apreciación tuvo relación con la «burocratización», por la creación de organismos autónomos, como un Consejo Nacional de Bioética, un Sistema Nacional de Medios Públicos y Comunitarios, entre otros.
****

Tommy Rey, Luz Jiménez, Quilapayún, Francisco Melo. El mundo de la música y de la actuación se ha movilizado frente a la Convención. No sólo con audiencias y presentaciones, sino también en esta etapa con conciertos y manifestaciones fuera del ex Congreso. Es una estrategia que organismos como la SCD y Chile Actores, han implementado para dar visibilidad pública y lograr aprobar el artículo que se refiere al derecho de autor y que en su texto original dice: «El derecho material de autores o intérpretes estará sujeto a las disposiciones del derecho de propiedad establecidas por esta Constitución, en cuanto a sus garantías, limitaciones y función social, debiendo la ley velar tanto por su protección con la de los demás derechos culturales, el resguardo de los saberes ancestrales y el goce del beneficio de los conocimientos”.
La norma fue rechazada y volvió a la comisión que deberá presentar una nueva propuesta este miércoles 27. Rodrigo Osorio, presidente de la SCD y cantante del grupo Sinergia, comenta su experiencia: «Pudimos participar activamente en la discusión sobre el artículo que consigna los derechos de autores e interpretes. Fuimos invitados a exponer nuestros puntos de vista como representantes de un amplio sector creativo como es la música, participando de las sesiones junto a creadores emblemáticos como Valentín Trujillo».
El músico detecta problemas. Considera que se enfrenta el derecho de autor con el derecho de acceso a la cultura. «Creemos que hay un concepto errado en la génesis de este articulado, ya que partió de la premisa de que hay una contraposición entre ambos derechos. Hemos sido enfáticos en manifestar nuestro total desacuerdo con esa afirmación, ya que todos los análisis apuntan a que proteger la creación es la única manera de incentivarla y, con ello, fortalecerla, para su mayor goce y disfrute de la comunidad».
****
«En este ejercicio democrático, hay que aceptar las decisiones de las mayorías, pero sigue permaneciendo ese sentimiento desolador de lo poco que nuestra sociedad valora las ciencias y las culturas». Carola Díaz, vocera de CIPRES, Ciencia Presente en la Sociedad
En el mundo de las ciencias, la expectativa por esta comisión era aún más alta. Hubo campañas para participar y 15 Iniciativas Populares de Norma aludiendo directamente a este ámbito. Decenas de organizaciones presentaron sus propuestas directamente a la comisión. Entre esas estuvo la organización CIPRES (Ciencia Presente en la Sociedad), que busca «promover la actividad científica en nuestro país con una perspectiva que represente los intereses de las mayorías».

Carola Díaz es doctora en química, vocera de CIPRES y vicepresidenta de ANIP (Asociación Nacional de Investigadoras/es de Postgrado). Expuso en la sesión del 8 de febrero ante la comisión, pero hoy se declara alerta: «Honestamente, con las iniciativas populares de norma y las propias de las y los constituyentes nos pusimos muy optimistas. Sin embargo, las sesiones en el Pleno nos han llevado de vuelta a la realidad. Muchas temáticas no se entienden, son muy técnicas o simplemente no son sentidas por el resto de la Convención. En este ejercicio democrático, hay que aceptar las decisiones de las mayorías, pero sigue permaneciendo ese sentimiento desolador de lo poco que nuestra sociedad valora las ciencias y las culturas».
La doctora en Ciencias Biológicas y coordinadora de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Antofagasta Gladys Hayashida Soiza presentó una iniciativa de norma constitucional para «garantizar el acceso democrático a la comunicación científica, de una forma inclusiva y descentralizada».
Su visión sobre el trabajo de Sistemas de Conocimientos es positivo, tomando en cuenta el reclamo histórico de las áreas científicas y culturales por su postergación en la sociedad: «Considero que los temas científicos se han abordado y presentado como es la ciencia, de una forma transversal tanto a los derechos fundamentales, como al reconocimiento de la neurodiversidad, reconocimiento y valoración de los laboratorios naturales, conocimientos y saberes. No sólo se ha restringido a lo relacionado a desarrollar ciencia, sino que también a los principios de la bioética, derecho al acceso, conectividad y educación digital, protección del patrimonio natural y cultural, por nombrar algunos».
****

Ciertamente, una de las sorpresas de esta Comisión ha sido el avance de dos temas innovadores. Ambos han tenido gran acogida: la bioética y los derechos digitales. Las convencionales Loreto Vidal (independiente) y Cristina Dorador son las responsables del artículo de bioética, que fue el único de la comisión aprobado la semana pasada y que indica: «Las ciencias y tecnologías, sus aplicaciones y procesos investigativos, deben desarrollarse según los principios de solidaridad, cooperación, responsabilidad y con pleno respeto a la dignidad humana, a la sintiencia de los animales, los derechos de la naturaleza y los demás derechos establecidos en esta Constitución y en tratados internacionales de Derechos Humanos ratificados por Chile y que se encuentren vigentes«.
Vidal llegó a la Convención con ésta como una de sus grandes misiones. Y reconoce que le implicó mucho trabajo: «Tuvimos que evangelizar respecto a la temática de la bioética. Y pudimos convencer a convencionales que lograron esa magia e incidir en sus colectivos (…) Abrirse a este tema es transformador, nos cambia los lentes con que miramos la vida y al mundo». Abrirse a contar otros mundos es una de las misiones de esta comisión, según la convencional. Y tiene dificultad extra: «Porque la totalidad ha sido crear desde cero, por el tipo de temas que tratamos».
«Tuvimos que evangelizar respecto a la temática de la bioética. Y pudimos convencer a convencionales que lograron esa magia e incidir en sus colectivos». Loreto Vidal (independiente)
Ese desafío también lo tuvieron para abordar temas referidos a tecnología y derechos digitales. «De lo que he visto, me sorprende gratamente que haya muchos temas relacionados a conectividad, datos y digitalización», valora el pionero de la internet en Chile, el académico del Centro de Computación de la Facultad de Ciencias físicas y matemáticas de la Universidad de Chile José Miguel Piquer. «La tradición en Chile era ver a la Ciencia como un ‘lujo’ de país desarrollado. Mejor era, por mientras, esperar a que se desarrolle y se pruebe en países avanzados y nosotros copiábamos diligentemente más tarde. Esa visión nos condenaba al sub-desarrollo para siempre. Hay muchos artículos nuevos que mencionan el derecho a beneficiarse del conocimiento y eso está muy bien», dice. Δ