Con filtro en blanco y negro, con suspensores, con un techo de madera sobre él, con difuminado en el fondo. Las escenografías, vestimentas y recursos audiovisuales de Rodrigo Logan (Colectivo del Apruebo) en sus participaciones en la Convención son reconocidas. Tanto como que él prefiere las sesiones telemáticas. Ahora mismo, mientras sus compañeros y compañeras desarrollan las últimas actividades de la salida a terreno a la Región de Antofagasta, él no está. Y, al revés, cuando aparece en el ex Congreso es celebrado por el resto de sus colegas convencionales. En Viernes Santo fue a la sede de la Convención y Nicolás Núñez lo calificó como un «milagro de Semana Santa». El sábado 14 pasado, para el último de los plenos deliberativos, llegó y se llevó un aplauso especial al cierre de la sesión.
Logan tiene 42 años, está casado y es padre de tres hijos. Se hizo conocido para el gran público como abogado del matinal de Mega y pasó a formar parte de la CC al conseguir un cupo como independiente -el único 100% independiente, suele destacar él- en el distrito 9.
«Como independiente, me costó un montón tener que buscar desde dónde está el baño, hasta saber cuál era la clave wifi. Y cuando me proyecté, puse en un papel todas las cosas que tenía que hacer y me di cuenta de que no tengo la cantidad de asesores que tiene el resto».
Desde el comienzo fue uno de los convencionales que prefería estar las sesiones a distancia. Por zoom, la plataforma que saltó a la fama gracias a la pandemia del Covid 19 y que es usada por la Convención para la participación telemática. Un zoomvencional. Con pasar de los meses, fue quedándose en ese formato. A pesar de los comentarios que provoca y de que varios convencionales sonríen socarronamente cuando desde su pantalla pide al resto votar y comprometerse.
Votamos Todos Noticias conversó con Logan -presencialmente- en el último Pleno deliberativo. El abogado explica sus razones para elegir la participación a distancia, entre otros temas.
-¿Le influye en las negociaciones con otros convencionales no venir presencialmente?
«No. Yo tengo hartas negociaciones. En la lista de difusión tengo a todos los colectivos (muestra su celular), los tengo separados. Entonces, qué es lo que hago constantemente. Me comunico. Voy mandando mensajes: ‘chiquillos, tengan cuidado con esta norma’. O les propongo algo. Y me contactan».

– ¿Por qué prefiere estar de forma telemática?
«En un principio venía para acá, pero por varios factores… Primero porque me ahogo, tengo que estar con (y señala la mascarilla y después que debe usar un inhalador). Y lo segundo es porque cuando llegué acá me di cuenta de que yo no sabía derecho parlamentario. Como independiente, me costó un montón tener que buscar desde dónde está el baño, hasta saber cuál era la clave wifi. Y cuando me proyecté, puse en un papel todas las cosas que tenía que hacer y me di cuenta de que no tengo la cantidad de asesores que tiene el resto. De hecho, renuncié a la asesoría extra.
Entonces dije: ‘cómo lo hago para poder ponerme a tono y entender’. Y lo hice como lo hago siempre en la vida, estudiando. Para eso tenía que ahorrarme los tiempos. Por ejemplo, el tiempo de traslado. Yo tengo oficina aquí a dos cuadras. Entonces, vengo a mi oficina y me dedico a estudiar. Leo todos los informes, los resúmenes, tengo varias pantallas, voy participando en todas las comisiones, las veo y me voy comunicando con la gente. Siento que aporto más valor haciendo eso. Y vengo específicamente cuando hay reuniones de colectivo o con otros colectivos. Trato de no perder el tiempo, ser lo más eficiente posible».
Logan cierra esa parte de la respuesta. Aunque pronto agrega: «¡Ah! Y lo otro es porque la gente que participamos telemáticos no cobramos asignaciones. El mismo reglamento de asignaciones y presupuesto de la Convención dice que quien lo hace no tiene derecho a bencina, teléfono, estacionamiento, viáticos, nada. Es para decirle a la gente: ‘yo no cobro asignaciones, yo hago la pega, no me la hacen'».
También explica su sistema de trabajo: «Tengo una planificación. O sea, yo no hago las cosas al lote. Siempre tengo una lógica de que lo que tú no puedes medir y no puedes mejorar. Para todo me planifico, para ir de compras, para ir de vacaciones, Aquí planifiqué todas las cosas que yo creía que tenía que hacer un convencional para una buena pega, y había muchas dilaciones de tiempo, muchas, muchas, muchas, donde perdía el tiempo. Por ejemplo, el tiempo de traslado, estar acá, el cafecito, estar en la escalera. Yo ocupaba esos tiempos para estudiar, para poder ponerme al día en lo qué es lo que había que hacer».
En ese análisis personal también caben -explica- «ventajas comparativas y competitivas». Por ejemplo: «Una de mis ventajas es que yo leo muy rápido. O sea, yo 200 páginas me las leo en una hora. Pero si tú me lo preguntas de otros colegas que a lo mejor no tienen conocimiento jurídico, claro, a ellos les convenía más estar acá… Esa es su forma de trabajo, es la correcta. Pero en mi caso no, porque yo además tengo el teléfono de todos, me contestan. Y vengo solamente cuando hay que venir».
«La gente no apoyaba la estructura operativa de los políticos tradicionales, recuerda que los partidos políticos tenían 4% de aprobación cuando fue el estallido social. Eso significa que la gente no apoya ni cómo conversan ni cómo resuelven. «.
-¿Por qué tenía que estar el día del último pleno deliberativo?
«Por dos razones. La primera es porque había artículos que no estábamos entendiendo el sentido y alcance. Por ejemplo, en las semillas ancestrales la discusión se estaba dando sobre un tema ideológico. Pero nos olvidamos de que nosotros no tenemos propiedad intelectual e industrial en la Constitución, porque se votó en contra. Por tanto era materia de ley si nosotros no la votábamos a favor».
-Pero cubriendo la Convención en el ex Congreso se sabe que ejemplos como esos hay muchos. Es la dinámica usual de los convencionales…
«Yo no quiero ese sistema. Es un tema de lógica. La gente no apoyaba la estructura operativa de los políticos tradicionales, recuerda que los partidos políticos tenían 4% de aprobación cuando fue el estallido social. Eso significa que la gente no apoya ni cómo conversan ni cómo resuelven. Es ilógico que hoy día nosotros, la Convención, nos transformemos en un Parlamento 3.0, porque aquí hacen exactamente lo mismo: allá son bancadas, aquí son colectivos. Y no estoy de acuerdo con eso, porque siempre digo que primero anula el debate, segundo no es de cara a la ciudadanía y tercero genera un concepto del anclaje intelectual, que es que evitamos el conversar unos con otros».
-No estar físicamente implica de alguna forma no estar de cara a la ciudadanía. Que se hagan puntos de prensa acá, por ejemplo, implica que plantee y cuente lo que pasa. Es una de las formas de ser transparentes.
«Es una manera, yo no digo que esté mal para mí».
«No tengo poco alcance. O sea, por ejemplo, en las semanas territoriales un video mío tuvo 2.700.0000 visualizaciones. También obviamente ocupo el hecho de que la gente me conoce por el tema de Mega. Entonces mis videos se viralizan y se viralizan harto».
-¿Cuál es su forma?
«Mi forma es que hago videos. Soy uno de los que he hecho más videos. Hasta ayer van a 327 videos de todo lo que pasa y lo explico en una pizarra».
-Pero no es lo mismo que sumar difusión en medios de comunicación.
«Evidente, pero créeme que no tengo poco alcance. O sea, por ejemplo, en las semanas territoriales un video mío tuvo 2.700.0000 visualizaciones. También obviamente ocupo el hecho de que la gente me conoce por el tema de Mega. Entonces mis videos se viralizan y se viralizan harto».
****
Logan no viajó esta semana a desarrollar las actividades de la Convención en Antofagasta y los alrededores: hoy se cerraba con un Pleno en Mejillones. Como otros convencionales, es crítico del viaje. Él considera que «es un despropósito. Es ineficaz que salgamos en este momento».
Y continúa: «Podríamos haber corrido (la fecha). Propuse incluso que esta semana siguiéramos trabajando y las últimas dos semanas pudiéramos salir. Ahí no hay problema, porque tendríamos listo el proceso de armonización que es muy, muy, muy trascendental. ¿Sabes por qué? Porque hay más de 25 normas contradictorias. Normas que se aprobaron por el Pleno. Una dice A y otra dice B. Eso es lo que tenemos que resolver. A cuál se le va a dar prioridad, si ambas fueron aprobadas por dos tercios. La armonización tiene mucha pega, porque tiene que crear un gana gana. Para eso necesita pensar y para pensar necesita tiempo».
«El proceso de armonización que es muy, muy, muy trascendental. ¿Sabes por qué? Porque hay más de 25 normas contradictorias. Normas que se aprobaron por el Pleno, que una dice A y otra dice B en el texto».
Pese a su ausencia física, Logan ha sumado un par de polémicas en la Convención. Por ejemplo, cuando llegó a acuerdo judicial tras ser formalizado por la firma de un contrato falso. O cuando, en febrero pasado, la convencional Bárbara Sepúlveda se preguntó en Twitter por su asistencia telemática. Al respecto, él saca una de sus frases favoritas: «Dato mata relato».
Logan cuenta que es «computín». De esas personas fanáticas de la tecnología y la informática. Por eso -agrega- enfrentó la suspicacia de Sepúlveda mostrando su propia estadística. «Convencionales que hemos asistido al 100%, presencial y no presencial, solamente habíamos 60. Yo estaba y ella no». Añade que ha presentado 45 iniciativas, y desafía: «Por dato, he hecho más que usted (en referencia a Sepúlveda). Con eso, nunca más me molestaron, porque los datos son míos, son reales. Así que además de hacer mejor pega, según yo, le cuesto menos al Estado. ¿Dónde está lo malo? Así me tomo las críticas: muestro datos».
Logan es crítico del diseño de tiempos que ha tenido la Convención. «Ha sido un mal diseño, no porque no hayamos tenido tiempo. Voy a decirlo bonito para que no suene soberbio: Desde que se instaló la CC, las personas que crearon el diseño de votación eran poco capacitadas para hacer eso y no te puedes poner a hacer algo que no sabes. Acá lo que se hizo fue copiar el mismo sistema del Parlamento, en votación y en debate, pero no somos el Parlamento, tenemos diferencias gravitantes con ellos como que el Parlamento no tiene restricción temporal para cumplir su trabajo. Pueden tomarse 5, 10 años en sacar una ley. Nosotros tenemos un año».
-¿Quiénes fueron esas personas que hicieron el mal diseño?
«La mesa directiva. Tengo todas mis intervenciones donde les digo que la estamos embarrando, que no va a cuadrar, porque además yo hago cuadros de esquemas, flujos, para ver dónde está la falla y les dije vamos a tener una falla al final. Dije 25 fallas se las presenté por escrito a Gaspar (Domínguez).
«Voy a decirlo bonito para que no suene soberbio: Desde que se instaló la CC, las personas que crearon el diseño de votación eran poco capacitadas para hacer eso y no te puedes poner a hacer algo que no sabes».
-La Convención es una instancia única, quizás por eso los cambios.
«Para mí no es justificación. No comparto el argumento de que nunca habíamos vivido una convención, por tanto no sabíamos como hacerlo. Si no sabe cómo hacerlo córrase, deje a alguien que sí sepa. Esto se llama derecho corporativo, no tiene ningúna ciencia».
-¿Pero siente que de alguna forma solamente la gente calificada tiene que estar en la Convención?
«O con apertura de mente para entender quiénes eran los calificados. Por ejemplo, sabes que ahora lo entendieron María Elisa Quinteros y Gaspar. Ellos tuvieron la altura de pedir que les expliquen para entender y han logrado avanzar». Δ