«Chile ha tenido el tiempo y las oportunidades suficientes para que el proceso constitucional sea un éxito». Son palabras, traducidas al español y pronunciadas en inglés, de un experto en derecho comparado: Rüdiger Wolfrum, jurista y del Instituto Heidelberg Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional, quien ofreció hoy una conferencia desde la sala dos del ex Congreso.
Ese instituto de origen alemán junto al Instituto Desafíos de la Democracia han entregado asesoría técnica a convencionales, asesores y periodistas. La primera etapa del proyecto se basó en entregar información comparativa respecto a temáticas constitucionales, mientras que la segunda -actualmente en desarrollo- tiene como objetivo fomentar el diálogo entre actores de todo el espectro político.
Ayer se realizó un taller para convencionales y asesores y en la tarde de hoy hubo la actividad para los periodistas acreditados. Estas son algunas de las conclusiones.
1. ¿Qué hacer con Armonización?
Con los constituyentes se abordó el trabajo que debe encarar la Comisión de Armonización. Wolfrum – quien es desde 2013 uno de los directores gerentes de la Fundación Max Planck para la Paz Internacional y el Estado de Derecho- respondió consultas sobre las atribuciones que este órgano debe tener y su duración. Entre sus respuestas hubo espacio para la novedad: la comisión que deberá hacerse cargo de dar coherencia al borrador que está votando el Pleno no es muy común en el mundo.
Por lo mismo -indicó- sería beneficioso esperar a que todas las normas estén votadas antes de decidir si va a ser o no necesario darle mayores responsabilidades a Armonización. Con todo, recomendó que las facultades de los 40 convencionales que la van a componer sean sólo de redacción y forma.
Sobre los Sistemas de Justicia: «Los sistemas paralelos tienen sus problemas y limitaciones. Siempre deben cumplir los estándares internacionales y aplicar los derechos humanos, pero en términos generales sí funciona».
2. Las complejidades del pluralismo jurídico
Dentro de los temas abordados en la tarde de hoy, hubo espacio para el pluralismo jurídico, un concepto que cambia el modelo que hasta hoy conocemos para el ejercicio de la Justicia en Chile y que fue aprobado por el Pleno en febrero pasado. Es un tema que ha sido debatido y controvertido.
Reconoce los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas y para los convencionales de la derecha el dejar atrás al actual Sistema Nacional de Justicia creará separación entre la ciudadanía y desigualdad. Rudiger Wolfrum explicó, no obstante, que en el derecho comparado este tipo de fórmulas jurídicas son comunes. El ejemplo de Canadá -añadió- es el más vanguardista: instaló un sistema judicial paralelo para los pueblos nativos, quienes poseen leyes tribales para resolver sus asuntos locales.

Pero no solo los grupos tribales tienen diferentes sistemas judiciales en el mundo. El académico planteó el caso de India, donde existen varias líneas de jurisdicción, dependiendo de la religión: «Los sistemas paralelos tienen sus problemas y limitaciones. Siempre deben cumplir los estándares internacionales y aplicar los derechos humanos. Pero en términos generales sí funciona». Wolfrum consignó también que es importante que la Convención haya aprobado el pluralismo, pero los detalles que siguen deben ser revisados por la legislación chilena y no por la Constitución.
«El proceso constitucional actual, con la incidencia de las etnias originarias, posibilita que la nueva Constitución termine siendo un modelo progresista para el país».
En cuanto a las críticas sobre el carácter indígena de las normas ya aprobadas, el experto explicó que otras constituciones, sobre todo latinoamericanas, vienen trabajando desde hace mucho más tiempo que Chile para consagrar los derechos de los pueblos preexistentes: «El proceso constitucional actual, con la incidencia de las etnias originarias, posibilita que la nueva Constitución termine siendo un modelo progresista para el país».
3. A olvidarse de la «tercera vía», por favor
Otro de los temas que se abordó es el de una eventual tercera opción en el plebiscito de salida. Se trataría de establecer en la papeleta de voto una alternativa al «apruebo» y al «rechazo». Podría, se afirma, ser el cambio de la actual Constitución a través de reformas constitucionales en el Congreso.
Señaló que ningún país del mundo ha realizado un referéndum con tres alternativas: «No es recomendable tener otra opción aparte del apruebo o rechazo, ya que el fin del plebiscito es unir al país y que la mayoría se vea representada. Con una tercera opción sólo se produce confusión».
4. Y todo lo demás…
El experto destacó que el voto sea obligatorio: es un caso particular en el mundo pero también «una movida inteligente», afirmó. Desdramatizó el maximalismo que se critica en el actual proceso, al indicar que, dadas las características de Chile, es recomendable que la Constitución sea un poco más extensa de lo común. Respecto del periodo de transición entre la actual Constitución y el nuevo proyecto, afirmó que, a pesar de que el Congreso «no esté feliz, es la Convención la que debe indicar si el cambio será inmediato o tendrán un período de gracia».
El experto terminó su participación con un resumen personal: «A pesar de las voces pesimistas estamos esperanzados en este proceso». Δ