Por Rodrigo Córdova y Jessica Herrera
La última comisión que dejó de operar en la CC fue la de Armonización y a eso de las 13:30 horas de este viernes 17 la coordinadora Tammy Pustilnick (Independientes por una Nueva Constitución, INC) entregaba un balance general a la prensa en el ex Congreso sobre el informe que se votará en el Pleno el 24 de junio. Pide una pausa corta para almorzar, realiza esta entrevista y después participa de un video en el que explica el documento que recién despachó Armonización. Luego de extensas jornadas, algunas hasta la madrugada, cuenta que su cuerpo dejó de estar en estado de alerta y que a ratos se traspapela con los días que han pasado, pero que aún quedan cosas por hacer.
La convencional del distrito 20 no tenía experiencia política partidista previa, pero luego de un intenso año de debates y negociaciones, el trabajo en la Convención le entregó una perspectiva de las complejidades de pertenecer al espacio público. Sus intervenciones en el Pleno siempre apuntaron a aspectos técnicos, por lo que no fue fácil apuntarla con el dedo por ir en contra de una norma en particular. Uno de los desafíos más grandes que enfrentó la abogada, cuenta, fue mantenerse a tono con sus creencias.
«Creo que todavía no vemos lo virtuoso que ha sido que un órgano que tenga tanto poder como la CC haya sido tan representativo de la diversidad del país».
Tammy Pustilnick nació en Santiago, pero en 2016 se fue a vivir al centro de Concepción. Estudió derecho en la Universidad de Chile, es magíster en Derecho de la Universidad de New York y máster en derechos humanos de la Universidad de Tel Aviv. Trabajó en organizaciones de la sociedad civil en donde se vinculó con las principales ideas que trajo a la CC: En la Fundación Iguales, que promueve y defiende los derechos de la comunidad LGBTQI+, y en la Corporación Descentralizada, que fomenta la autonomía económica y el liderazgo de las mujeres con perspectiva de género. Desde ahí, dice, que es «un ser político».
Ese perfil técnico es el que la lleva a decir hoy que no todos los artículos que están en el borrador le gustan, más bien, precisa, hay algunos que no deberían estar consagrados a nivel constitucional. Sin embargo, también hay emoción pues «es el proceso más democrático que ha tenido la historia republicana del país», dice. Se conmueve al pensar en su hija de ocho años y en su hijo de cuatro: «Siempre pienso que ellos, el día de mañana, si es que todo sale bien y se aprueba la nueva Constitución. Tienen una mamá que fue parte de esta historia, donde se escribió una Constitución en paridad, con escaños de pueblos indígenas y representativa de la realidad del país».

-¿Cómo se siente con el trabajo realizado por la Comisión de Armonización?
«Estoy muy satisfecha con el resultado y no solamente porque cumplimos en tiempo sino que también en forma, que ya era un tremendo desafío. Fueron 30 días de trabajo de la Comisión de Armonización desde que recibimos el borrador en Antofagasta. Era un tremendo desafío el entregar un texto coherente, sistematizado y que vele por una calidad técnica legislativa. De verdad creo que la propuesta que se sube al Pleno es una que realmente logra invitar a la ciudadanía a leer, a comprender el articulado y eso claramente es un éxito para la Comisión».
-¿Cuáles fueron las principales dificultades?
«Realmente es el tiempo. Algo que quiero destacar mucho de esta Comisión fue el trabajo colaborativo y en equipo. Si bien no pudimos lograr convocar a todos los colectivos, siempre hubo un trabajo respetuoso, dialogante, en en que también se sumó el Colectivo del Apruebo, que en muchas otras comisiones temáticas no había participado. Claramente esto demuestra que había una muy buena disposición para los grandes acuerdos y la gran mayoría de las indicaciones se aprobaron por más de 2/3 dentro de la comisión».
«El promedio de las normas que se aprobaron fue de 117 votos, mucho más allá de los 2/3 que se requerían. Eso significa que a lo menos una persona de Chile Vamos, que en el fondo siempre habla de exclusión, concurrió en los votos para generar este borrador».
-¿Cuando la nombraron coordinadora pensó en trabajar para incluir a la derecha?
«Independiente de si es que hubiese sido o no coordinadora, por lo menos desde la experiencia que tuvimos en Comisión de Forma de Estado, pudimos trabajar en conjunto con todos los sectores políticos donde también se incluyó la derecha. Yo sí tenía esa buena disposición y esas ganas de involucrarlos, pero finalmente ellos decidieron no hacerlo».
-¿Cómo ha sido escribir una Constitución?
«Tengo recién 35 años, pero claramente esto es una experiencia de vida. Más allá de los grises del proceso, estoy muy contenta de haber participado. Creo que todavía no vemos lo virtuoso que ha sido que un órgano que tiene tanto poder como la CC haya sido tan representativo de la diversidad del país».
-¿Cómo se vinculó con las demandas de su programa como el feminismo, las diversidades sexogenéricas, derecho de los niños, niñas y adolescentes?
«Creo que mi primer interés fueron los derechos de las diversidades, disidencias sexuales y de género. Siempre me llamó la atención, desde la universidad, que por una determinada orientación sexual o identidad de género, no se pudiese gozar de los mismos derechos que otras personas. Ahí, cuando hablábamos de la igualdad ante la ley, veíamos que en ese caso en particular no se cumplía.
Me interesó todo lo vinculante los derechos de las mujeres, pero cuando fui mamá el 2014, me hizo demasiado sentido ese interés. En ese momento me di cuenta de dos cosas: cómo los estereotipos de género afectan principalmente a las mujeres en la crianza y cómo los roles de cuidados han impedido que las mujeres, por ejemplo, podamos estar en espacios de poder y toma de decisiones».

-¿Cuánto pesó la experiencia personal con la demanda de descentralización?
«Mi experiencia de vida y profesional me demostró el impacto del centralismo en la vida de las personas. No es lo mismo vivir en la RM que en la región del Bío Bío, pero tampoco no es lo mismo vivir en la ciudad de Concepción que en Lebu. Pude ver de cerca cómo este centralismo impacta en la vida de las personas, desde un punto de vista del desarrollo profesional, educacional, en políticas públicas, salud, vivienda y cómo entonces es tan importante el cambio de paradigma que pueda redistribuir territorialmente el poder. Me emociona profundamente el hecho de que pudimos concretarlo y materializarlo a través de la Comisión de Forma de Estado».
-¿Había tenido experiencia política previa?
«Yo creo que toda persona que se involucra con el hacer político es una persona política, independientemente de que seas o no de un partido. Trabajo desde hace varios años desde la sociedad civil, pero tenía experiencia en un ambiente más institucional».
-¿Qué le pareció entrar al panorama político más ”tradicional”?
«Creo que fue bastante interesante y enriquecedor. Estoy completamente feliz y agradecida, incluso me siento honrada de que me hayan elegido para escribir la propuesta de nueva Constitución. Lo único que me angustia es que no le tomemos el peso a lo que esto significa».
«Creo que el país, el gobierno anterior y este tienen el desafío con este proceso histórico que estamos viviendo. Por primera vez se nos preguntó si queríamos una nueva Constitución, cosa que antes nunca nos habían preguntado y también quienes queríamos que fueran parte de ese proceso».
-¿Qué es lo que más le ha gustado y disgustado de esta vida pública?
«Lo que más me ha gustado es el trabajo colectivo, teníamos que lograr los 2/3 y generalmente se dio una muy buena disposición para aquello. El promedio de las normas que se aprobaron fue de 117 votos, mucho más allá de los 2/3 que se requerían. Eso significa que a lo menos una persona de Chile Vamos, que en el fondo siempre habla de exclusión, concurrió en los votos para generar este borrador. Lo que más me ha decepcionado es la violencia que se sufre dentro de la Convención y cuando se ven ciertos convencionales actuando por interés particular por sobre el general».
-¿Piensa que desde afuera no se le está tomando el peso a este proceso constituyente?
«Sí. Pero no lo digo desde un punto de vista de crítica. Sinceramente, lo digo porque creo que el país, el gobierno anterior y este tienen el desafío con este proceso histórico que estamos viviendo. Por primera vez se nos preguntó si queríamos una nueva Constitución, cosa que antes nunca nos habían preguntado y también quienes queríamos que fueran parte de ese proceso. Vamos a ser el primer país del mundo en escribir una Constitución con un órgano paritario. Son cosas que uno tiene que tomar en consideración, que hay que contarles a las personas y tomarle el peso de lo que significa».
-¿Ahí se sopesa la legitimidad del texto?
«Por supuesto que sí. Pero no voy a caer en el eslogan de que por eso hay que aprobar, sino que sí es un proceso histórico en el que estamos viviendo y que fue una salida institucional a una crisis social y política profunda que teníamos en el país».
-¿Se proyecta en un futuro político post Convención?
«De elección popular, para nada. Entré a la CC para aportar con mi conocimiento práctico y técnico a la sociedad civil. Si puedo seguir aportando bajo este perfil técnico, feliz. Pero no de esta misma forma».
-¿Hay artículos que no la identifiquen de la propuesta constitucional?
«No me gusta todo lo que está en la CC, pero la gran mayoría de los artículos que están en el borrador yo los aprobé. Principalmente hay artículos que consideraba que no era necesario establecerlos a nivel constitucional, pero en ningún caso hay un artículo que no me guste».
-¿Cómo ha lidiado con la desinformación existente sobre el trabajo de la Convención?
«Es uno de los temas que más me angustia, creo que es completamente legítimo ver diferencias políticas. Es legítimo que a alguien no le guste la propuesta de nueva Constitución, el problema es cuando uno miente directamente o cuando tergiversa la información sobre cuáles son las reales consecuencias de un determinado artículo. En ese sentido, el rol que he tenido y que he mantenido es tener un perfil que llame a informar. Más que caer en las mismas polémicas o interpelaciones, mi postura es salir a explicar de forma simple y sencilla qué significa lo que se aprobó y cómo va a afectar en la vida de las personas».
«Esto es algo que han salido a decir desde todos los sectores políticos, hace poco incluso salió a decirlo el mismo convencional (Rodrigo) Álvarez, que es de la UDI: no hay una tercera vía».
-¿Y qué tan efectivo es salir a los territorios para informar sobre el borrador?
«Es efectivo pero no suficiente. Está bien que salgamos a la calle a contar de este proceso, pero también tenemos un rol secundario. El rol principal será de las distintas instituciones, de las municipalidades, de los centros de estudios, de académicos que nos apoyen en esto, que salgan a informar. El gran desafío que tenemos es informar a la ciudadanía lo que hay en el texto de propuesta, más allá de llamar a votar de una determinada forma, el gran desafío y deber cívico republicano es salir a explicar lo que hay».
-¿Cree que la tercera vía interviene en el plebiscito?
«Por supuesto que interfiere, principalmente porque no es cierto. Esto es algo que han salido a decir desde todos los sectores políticos, hace poco incluso salió a decirlo el mismo convencional (Rodrigo) Álvarez, que es de la UDI: no hay una tercera vía. El 4 de septiembre todas las y los chilenos tendremos dos opciones: aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constitución. Si esto se rechaza, por supuesto que habrán distintas instancias que el Congreso o el Gobierno tendrá que analizar, pero hasta ahora es importante explicar que son solo dos opciones las que tenemos».
-¿Ha sido centro de ataques o amenazas personales por su labor de convencional?
«No de muerte al menos. Sí existe mucha agresividad, que es una forma de violencia política. Es sumamente importante que esta propuesta nos llevará a erradicar la violencia de género y a educar sin estereotipos. De una u otra forma va a ir cimentando el camino para disminuir la violencia que sufrimos las mujeres en espacios públicos. En la estadística o estudio que veas, siempre se ve como las mujeres recibimos más violencia en espacios como las redes sociales y es muy lamentable porque cuando empecé a analizar la idea de ser constituyente, una de las cosas que pensé fue si es que quería someterme a este tipo de agresividad o violencia. Eso es algo que lamentablemente existe y lleva a que muchas mujeres que se lo merecen y que son exitosas, se coarten de hacerlo producto de cómo es esta vida en el espacio público y político».

-¿Este trabajo ha afectado su salud mental?
«Esta tensión, esta violencia, nos desgasta a todas. Lo más lamentable es cómo una finalmente naturaliza este tipo de comportamientos No es que estén bien, pero ya es tan constante que por sobrevivencia se trata de no tomarle mayor importancia. Por eso destaco que todas las mujeres, particularmente dentro de la Convención, siguieron denunciando cada vez que les llegaba un mensaje de amenaza de muerte. Es importante que sigamos visibilizando ese tipo de comportamientos que no vamos a tolerar».
-¿Recuerda su día más difícil en este año de trabajo en la CC?
«Creo que son varios, no sé si hay uno en particular. Creo que más que un día difícil, cada vez que tenía que mantenerme firme a mis convicciones y a lo que consideraba que era correcto y votar de esa forma, fue complejo. Mirando en retrospectiva me siento muy satisfecha con eso porque fueron momentos difíciles».
-¿Cuáles han sido sus principales costos personales durante este año como convencional?
«Aparte de las arrugas y las canas…(ríe) Por supuesto, lo han sido mi familia, mi maternidad, estar lejos de la casa, la rutina diaria que tenía con ellos. Cuando estaba en Concepción, mi hija se quedaba conmigo en la tarde mientras sesionaba. Incluso una de las anécdotas repetidas es que ella ‘votaba por mi’: en Reglamento cuando no teníamos aún la aplicación y había que hacerlo a viva voz, ella quería participar y ‘votó’, pero distinto a lo que yo dije. Traté de involucrarlos mucho igual, sobre todo a mi hija que tiene 8 años. Pero claro que afectó la rutina, en el sentido de que tenía que viajar acá. En general tenía un muy buen equilibrio entre lo laboral con lo familiar y de repente este año fue complejo seguirlo». Δ