Hoy, el vicepresidente adjunto Tomás Laibe (Colectivo Socialista) tenía programada para el receso de la hora de almuerzo una actividad asociada al subpacto del que forma parte y que nació dentro de la Convención: la red disidente constituyente. Junto a otros seis convencionales, Laibe pertenece a una minoría que llegó a la CC a visibilizar a las personas LGBTIQ+. Esa minoría celebra cada 28 de junio el día internacional del orgullo LGBTIQ+.
Tras el evento que incluía el izamiento en el ex Congreso de la multicolor bandera de esa agrupación, Laibe se evidenciaba doblemente emocionado. Hoy, inesperadamente, pasadas las 13:00 horas y después de que la derecha bajara todas sus solicitudes de votación separada del último informe pendiente, el de Armonización, la Convención terminó su trabajo. A modo de resumen, el vicepresidente adjunto dice: «Se le entrega a la ciudadanía una buena propuesta». Para él, parte del cumplimiento pasa, tal como lo relevó la Mesa esta mañana, por haber logrado concluir «en tiempo y en forma».
Tras el Pleno de hoy, que fue suspendido dado el rápido trámite de la votación, los convencionales volverán una vez más al hemiciclo antes de disolver el organismo constituyente. El regreso será el el lunes 4 de julio, cuando el secretario John Smok entregue la cuenta de las revisiones y los ajustes efectuados en el texto, como consecuencia de las votaciones de las indicaciones de armonización. Tras ese trámite, la presidenta María Elisa Quinteros quedará habilitada para entregarle la propuesta de nueva Constitución al Presidente, Gabriel Boric.
Sobre este proyecto, que considera imperfecto: «Dijimos que había que estar abiertos a que se corrigiera y se perfeccionara en el tiempo. Por eso estamos contentos de haber instalado un quórum de reforma Constitucional de 4/7 que es sustancialmente más bajo que el de la actual Constitución».
-¿Cuáles es tu primer balance tras esta última votación?
«Estamos satisfechos, contentos y contentas. Hemos tenido un proceso muy difícil, extenuante, siempre sometido a la presión del tiempo y a la presión de tratar de llegar a los acuerdos por los 2/3. Evidentemente, eso generó un clima difícil, pero estamos llegando al final del proceso con una buena Constitución, creo yo. Además hay un clima de más entendimiento y acercamiento. Creo que eso se reflejó hoy día en que se aprobó casi todo sin ningún tipo de problema. Las diferencias que tuvimos, al principio y durante el proceso, se fueron morigerando hacia el final».

-¿Cómo se fue dando ese proceso?
«Creo que la mayoría fuimos entendiendo de dónde venía cada uno. Por lo tanto, hay un tremendo aprendizaje en el hacer puentes entre colectivos que piensan muy diferente, que tienen una visión súper distante de la realidad, pero que por la nueva Constitución fuimos capaces de ponernos de acuerdo».
-¿Alguna vez dudaste de llegar al 4 de julio?
«Sí. Nosotros en el CS fuimos de los más escépticos de que poder llegar a tiempo. Cuando miramos el cronograma, en enero y en febrero, la verdad es que los tiempos eran imposibles. Había que trabajar de lunes a domingo, en la madrugada, y nos parecía que iba a ser increíblemente difícil el sostener, incluso, el ánimo de las personas y de los equipos. Pero ese esfuerzo se hizo, hubo mucho compromiso de todos los convencionales, de los asesores y, por supuesto, de los funcionarios de la CC para trabajar a toda máquina. Eso hizo que llegáramos al plazo. Estamos llegando muy muy cansados».
«Cuando miramos el cronograma, en enero y en febrero, la verdad es que los tiempos eran imposibles».
-¿Cuáles pueden ser los puntos a mejorar de esta propuesta?
«Varios de nosotros, los socialistas, hablamos de que esta no es una Constitución perfecta. Dijimos que había que estar abiertos a que se corrigiera y se perfeccionara en el tiempo. Por eso estamos contentos de haber instalado un quórum de reforma Constitucional de 4/7 que es sustancialmente más bajo que el de la actual Constitución. Eso habilita a que la nueva Constitución, en caso de que se apruebe, pueda ser adaptada y perfeccionada por el actual Congreso y por los poderes constituidos. Creo que hay una garantía democrática para todos los chilenos».
-¿Cómo evalúas el trabajo de la Mesa Ampliada y tu experiencia en ella?
«Como toda la Convención, tenía algo de caótico, impredecible y siempre sometido a la presión del tiempo y del trabajo. Cometimos errores, por supuesto. Hay muchas cosas que pudimos haber hecho mejor, pero creo que las personas que hemos compartido en la Mesa Directiva, o al menos en esta última parte, con María Elisa y Gaspar a la cabeza, han sido personas que creemos mucho en el trabajo que estábamos haciendo y le pusimos todo el corazón. Hay que hacer autocrítica, pero también hay que estar satisfechos con que dimos todo lo que era posible por parte de cada uno».
«Raúl Celis (RN) fue aporte en otros espacios, como en la Comisión de Preámbulo y Sistema Político. Fue un aporte para generar puentes y así representar a una derecha moderada que vino acá a contribuir».
-¿Ese trabajo de la Mesa también incluyó la participación de la derecha? ¿Qué palabras tienes Raúl Célis (RN) y Hernán Larraín(Evópoli)?
«Con el CS fuimos de los primeros en decir que la derecha tenía que formar parte de la Mesa Ampliada, porque creíamos que, en un órgano como éste, se necesitaba que la mayor parte de las fuerzas políticas se vieran representadas: en la Mesa estaba la conducción política del proceso. Todas las cuestiones relevantes respecto a la materia y a las ideas que teníamos que discutir se tenían que votar y ganar en esa cancha. Estoy contento con la participación de ambos, porque creo que fueron un gran aporte. Raúl Celis especialmente, porque también fue aporte en otros espacios, como en la Comisión de Preámbulo y Sistema Político. Fue un aporte para generar puentes y así representar a una derecha moderada que vino acá a contribuir. Solo tengo palabras de agradecimiento para ambos». Δ