La cuarta y última jornada de discursos inaugurales de la Convención Constituyente fue compleja, incluso áspera por muchos minutos. Tuvo tonadas, cánticos, acusaciones, rabia, poemas y también muestras de ironía y paciencia. Fue algo así como la puerta abierta para ejercicio de una larga muestra de emociones y también un reflejo bastante fiel de la diversidad que caracteriza al grupo de 154 seres humanos que dará vida a la nueva Constitución para Chile.
Todo comenzó con debate, porque los primeros minutos se dedicaron a criticar a la senadora Ena Von Baer (UDI), quien aseguró en su franja electoral (minuto 5:44) que la Convención pretende cambiar el himno, la bandera y el nombre del país. Constituyentes de varios sectores ocuparon sus minutos de intervención en el Pleno para criticar duramente a de Von Baer, a raíz de un oficio enviado por Bárbara Sepúlveda (PC) a la Mesa de la CC para que se pronunciara públicamente al respecto.
“En el idioma mapuche hay algunos conceptos que son importantes en el presente: Norche, persona correcta. Pero también hay Koylatufe… Asigno a la Senadora Von Baer de Koylatufe. No le mienta más a Chile”. Adolfo Millabur (Escaño Reservado)
“Lo que menos necesita el país son mentiras y campañas sucias de desinformación, y espero que las y los constituyentes de Vamos por Chile sepan estar a la altura de las circunstancias”, consigna el documento.
“La senadora Von Baer está mintiendo, porque no son las decisiones que ha tomado la Convención. Nunca hemos hablado de cambiar el himno, la bandera o el nombre del país, eso es irreal, no pertenece al debate que estamos haciendo”, afirmó la presidenta Loncon. Una reacción similar expuso Adolfo Millabur, de escaños reservados Mapuche, quien tildó de Koilatufe (mentirosa) a la senadora: “En el idioma mapuche hay algunos conceptos que son importantes en el presente: Norche, persona correcta. Pero también hay Koylatufe… Asigno a la Senadora Von Baer de Koylatufe. No le mienta más a Chile”.
Durante la tarde de ayer, la senadora reiteró su visión, al emplazar a los convencionales constituyentes respecto del mismo asunto: «La pregunta es si la presidenta Loncon y los demás convencionales van a votar en contra si se plantea cambiar el himno, la bandera, y el nombre de la República de Chile”.
La mirada de los pueblos
Chile no es un Estado, una nación, una lengua. Es un Estado y varios pueblos naciones”. Rosa Catrileo (Escaño Reservado)
Con vestimenta originaria, trilongko (cintillo) en su cabeza, trapelakucha (adorno pectoral) en el pecho y traruwe (faja) en la cintura, la representante del pueblo mapuche Rosa Catrileo dio su discurso de apertura. Saludando y presentándose en mapudungún, la convencional afirmó: “Aquí nos han llamado privilegiados por exigir nuestros derechos y sí, soy privilegiada por ser hija del wallmapu, por ser hija de un pueblo que nunca se ha rendido. Nosotros no tenemos pena, lo que tenemos es dignidad”. Realizó un llamado a “repensar” la presencia de los escaños en una instancia como la Convención, en cuanto ha permitido “mirarse desde la realidad, porque Chile no es un Estado, una nación, una lengua. Es un Estado y varios pueblos naciones”.
Catrileo advirtió que el proceso constituyente es “la última oportunidad que como mapuche les estamos dando al país las más de 500 comunidades que esperan la devolución de sus tierras”. Para finalizar, pidió que los convencionales presentes no aplaudieran su discurso, sino que, en vías de vivir la plurinacionalidad, hicieran un afafán (grito mapuche ceremonial). La convencional se retiró del podio empuñando su mano al cielo y gritando un afafán junto al resto que la acompañó en su voluntad.
Dos turnos después, a las 15:16 horas, la convencional y machi Francisca Linconao se dirigió al estrado con dos banderas mapuche y flanqueada por su traductora, Margarita Huenchual. Al igual que Catrileo, ambas con vestimenta mapuche. Su discurso de más de 10 minutos fue emitido por completo en mapudungun. De su voz firme y seria se distinguían algunas palabras directas del castellano como “empresa”, “represa”, “nueva Constitución”, “convenio OIT 169” y “montaje”. Son palabras para las que su idioma no tiene traducción alguna. No necesitó en momento alguno ayuda memoria. Sin embargo, al finalizar tomó dos hojas de papel y se dirigió en castellano al presidente Sebastián Piñera y a los senadores para solicitarles la desmilitarización de la Araucanía, el indulto a los presos de la revuelta y la liberación de los presos del Wallmapu.

Huenchual, traductora y parte del equipo personal de la machi, tomó el podio para dar cuenta en castellano de las palabras de la convencional. Sus joyas tintineaban mientras leía: “Soy machi desde los 16 años. Esto es una gran responsabilidad que no elegí pero que he cumplido fielmente. Como machi he tenido que mirar a los ojos a muchos monstruos, enfermedades, dolores, racismo y venenos”. Se refirió también a los tres juicios en su contra de los que salió absuelta: “En este edificio hay fuerzas que chocan constantemente. (…) Me encuentro en los pasillos con esas fuerzas a las que les molesta que estemos aquí”. La plurinacionalidad fue la tónica del resto de sus palabras, que se entrelazaron con el llamado a la restitución del territorio ancestral, la justicia y el reconocimiento de las mujeres mapuches.
“Entre las grietas de una herida, de cientos de heridas, ha emergido un despertar que me evoca una ensoñación, ¿realmente todo esto es posible? Díganme”. Elisa Loncon
La última representante de los escaños reservados mapuche en emitir su discurso fue la presidenta Elisa Loncon, quien utilizó su lengua originaria y traducción simultánea digital de sus palabras. Titulado “Kiñe, la ternura de los pueblos”, su discurso comenzó así: “Entre las grietas de una herida, de cientos de heridas, ha emergido un despertar que me evoca una ensoñación, ¿realmente todo esto es posible? Díganme”. Aludiendo al conocido poema de Gabriela Mistral, continuó: “Eran sueños de opio, nos dijeron, utopismos irracionales, quimeras perdidas. ¿Realmente todas podemos ser reinas? ¿Realmente todas podemos llegar al mar?”.

Su sueño vertido en un discurso repasó la necesidad de la plurinacionalidad, la interculturalidad, la descentralización y la paridad. “No les temamos a las lágrimas, necesitamos de la valiente ternura para avanzar”, afirmó al tiempo que se dedicó a explicar en mapudungun el principio mapuche “Yamuwvn” que significa respeto, que “irradie nuestras relaciones para un futuro mejor”.
Presidenta interpelada
La presidenta Loncon fue centro de unas cuantas interpelaciones. Probablemente la más directa y dura fue la de la convencional Teresa Marinovic (D10), quien hacia la mitad de su discurso se giró para mirar a Loncon: “Basta de las personas que dicen que se tiene que desmilitarizar la Araucanía, pero que militarizan su espacio más íntimo cuando se sienten amenazados por redes sociales”.
La frase de la convencional aludía a la protección personal que fue otorgada por el presidente Piñera a la presidenta de la Convención, después de recibir amenazas: “Esto se lo digo directamente a la presidenta, que tiene a dos carabineras a su servicio al mismo tiempo que llama justa a una causa que tiene a miles de chilenos desamparados”, afirmó Marinovic, quien utilizó su tiempo -entre otros temas. para encarar a sus pares convencionales de los escaños reservados por emplear cuotas.
“Usted es la mujer chilena que quizás tiene la mayor posición de poder en este país, por eso demostremos que esto lo haremos pensando en todos, sin pensar en distinciones identitarias”. Carol Bown a Elisa Loncon
Más tarde, la convencional Carol Bown (D15), entre críticas y llamados a la reflexión, realizó un discurso completo dirigido directamente a la presidenta. “Usted es la mujer chilena que quizás tiene la mayor posición de poder en este país, por eso demostremos que esto lo haremos pensando en todos, sin pensar en distinciones identitarias”, fue una de las frases utilizadas.
Formas similares de interpelación fueron ya advertidas por el equipo de investigación DEEP-PUCV, quienes siguen la “violencia en línea” expresada en contra de la Convención e informan que el centro predilecto de críticas es la presidenta Loncon, por su condición de mujer y de mapuche. Al finalizar las palabras de Bown, Loncon aplaudió su participación.
De poetas y cantores
El discurso de Nicolás Núñez (D16) fue uno de los más comentados y probablemente el más inesperado. Subió al podio con una guitarra y aplicó humor, al estilo de un stand up. Dijo que optó por ese estilo tras los «120 discursos» que antecedieron al suyo y también por un afán de no decir lo mismo que todos los demás. Y fue sacando de su papel todos los temas que coincidían con lo «ya repetido», como los “temas ambientales, la eco Constitución, la historia personal lagrimera”.
A cambio, optó cantar:
“Yo soy un Constituyente
que trabaja humildemente
Yo soy un Constituyente
que trabaja honradamente”…
El convencional Mario Vargas (PS) del D25 también aprovechó de hacer su discurso de manera diferente. Lleno de metáforas referentes a su tierra sureña, al tiempo lluvioso y al viento que somete el curso de las cosas, aprovechó de terminar sus palabras con décimas:
“…el genocidio de los pueblos originarios
donde solamente el imaginario
puede hablar con todo espanto
y librarnos de este manto
que impusieron con fuego y furia”.
Ya casi al final, el convencional Ignacio Achurra (D14) también eligió hacer un gesto artístico y subió al podio con una ilustración «La Japonesa», quizá el más icónico personaje de La Negra Ester: “Me acompaña Andrés Pérez”, dijo Achurra, quien homenajeó a su padre, el emblemático actor de teleseries de los años 80 y 90 del siglo XX, Patricio Achurra. Su discurso también quedó dentro de los discursos cantores, al parafrasear una canción del cantautor cubano Silvio Rodríguez: “Y a mis hermanas que amo y me aman sin pedir nada, o casi nada que no es lo mismo pero es igual”. Δ